Laurence Debray: blanqueando a Juan Carlos I para atacar a Felipe VI
Una estrategia sutil bajo una fachada de reconciliación
Este miércoles se ha publicado «Reconciliación», el nuevo libro de memorias del rey Juan Carlos I, coautorizado por Laurence Debray. Este esfuerzo se enmarca dentro de una serie de iniciativas que buscan blanquear la figura del antiguo monarca, a la vez que socavan la autoridad de Felipe VI.
Debray destaca y critica en su artículo
Debray justifica el lanzamiento del libro en su artículo en The Objective, alegando que es fundamental para visibilizar su importancia histórica. Sin embargo, su defensa parece más un intento de ensalzar la figura de Juan Carlos que un análisis realista de su legado. Comienza con la frase: «vengo de un país donde estamos orgullosos de haber cortado la cabeza al rey», mostrando una despreocupación alarmante por la monarquía.
Un relato que ignora las advertencias del pasado
El propio Juan Carlos I, al principio de su libro, recuerda el consejo de su padre que le desaconsejaba escribir memorias, algo que refuerza la percepción de que su intento de justificar su reinado es más un acto de ego que un verdadero relato histórico. En lugar de ofrecer un análisis objetivo, se establece un relato que glorifica su figura mientras deja de lado las implicaciones para su sucesor, Felipe VI, y para la monarquía en general.
La falta de un análisis crítico
En su defensa de Juan Carlos, Debray parece olvidar que la historia no debe ser contada desde una perspectiva sesgada. La opción de contar la historia de España con un equipo de historiadores, en lugar de un grupo de «fans», podría haber brindado un enfoque más objetivo y menos perjudicial para la Corona en un contexto político como el actual, donde el Gobierno está intentando deslegitimar las instituciones.
Un legado cuestionado
La publicación de «Reconciliación» debería ser un ejercicio de reflexión, no un intento de proyectar glorificación. Las palabras de Debray, como las que se refieren a «sapere aude», indican una desconexión con la realidad. ¿No debería Juan Carlos I haber considerado la profundidad de sus acciones antes de intentar reescribir su historia?
