Luces y sombras de la Navidad en Vigo: ¿éxito o saturación?
Un espectáculo que atrae, pero también incomoda
El 15 de noviembre de 2025, Vigo encendió su famosa iluminación navideña, a pesar de la intensa lluvia y problemas técnicos. Esta ciudad gallega se convierte en destino turístico, al reunir a miles de visitantes locales y turistas, quienes se agolpan en sus calles hasta enero.
Una iluminación que deslumbra, pero también agobia
Con casi 12 millones de luces LED distribuidas en 460 calles, la ciudad ha incrementado en 40 las ubicaciones iluminadas respecto al año anterior. El gran árbol de la Puerta del Sol mide 45 metros y pesa 20 toneladas. Aunque el Concello destaca el impacto positivo de esta iniciativa en el comercio local, voces disidentes advierten sobre la saturación que enfrenta la ciudad. Vecinos y comerciantes expresan sus quejas sobre el incremento de turistas.
Críticas a la sobrecarga turística
Criticas de asociaciones vecinales resaltan que una ciudad de 300 000 habitantes no puede soportar a los más de 6,3 millones de turistas que según el Concello visitaron Vigo el año pasado. Una residente cercana a la calle Príncipe se identifica como «Grinch» al lidiar con el descontrol del tráfico y ruido. Algunos comerciantes, como Alejandro de una tienda de souvenirs, notan que la afluencia masiva está incomodando a habituados y clientes mayores.
Un modelo peligroso a replicar
La carrera entre ciudades por los mejores alumbrados navideños pone en jaque la calidad de vida urbana. Vigo, emulador del modelo que promueven ciudades como Madrid y Barcelona, plantea un desafío: generar actividad económica sin sacrificar el bienestar de sus residentes. Se corre el riesgo de convertir el espacio público en un parque de atracciones permanente, lo que podría sentar un precedente negativo.
