Portugal promulga reforma migratoria que limita la reagrupación familiar
Un duro golpe a la unidad familiar de inmigrantes
La reciente reforma migratoria de Portugal, firmada por el presidente Marcelo Rebelo de Sousa, impone restricciones severas a la reagrupación familiar de inmigrantes. Este nuevo marco legal, que entra en vigor tras un controvertido proceso legislativo, establece un plazo mínimo de dos años de residencia para que los extranjeros puedan solicitar reunir a sus familiares en el país.
Un cambio necesario o un ataque a las familias
Tras el rechazo inicial de la ley por el Tribunal Constitucional, la nueva legislación fue aprobada por el Parlamento y cuenta con el apoyo de las principales fuerzas políticas, entre ellas la Alianza Democrática y el partido ultraderechista Chega. Esta reforma, que fue impulsada por el primer ministro Luis Montenegro, ha sido calificada por críticos como un ataque directo al derecho de los inmigrantes a mantener a su familia unida.
Las excepciones a esta regla son limitadas. Solo aquellos con familiares discapacitados o dependientes quedan exentos de la espera, pero siguen enfrentando condiciones estrictas de integración que podrían amenazar su estatus migratorio si no las cumplen. Además, la ley privilegiará a quienes desempeñen actividades altamente cualificadas, dejando a otros grupos vulnerables en la cuerda floja. Este enfoque podría tener implicaciones significativas para la diversidad y el desarrollo demográfico del país.
Impacto en la comunidad migrante
La promulgación de esta reforma justo después de las victorias electorales del partido Chega ha levantado suspicacias sobre la motivación detrás de estas políticas. La expulsión de casi 34 000 migrantes solicitantes de residencia anteriormente denegada resuena con un mensaje alarmante: el nuevo gobierno está dispuesto a endurecer las políticas migratorias en un contexto de creciente presión política y social.
