La Agencia Tributaria confirma que los autónomos tendrán hasta el 1 de julio de 2026 para adaptarse al nuevo sistema Verifactu sin sanciones. Pero tras ese plazo, los errores serán penalizados. Mientras tanto, las pymes deberán adaptarse seis meses antes, en pleno caos normativo, coste adicional y sin garantías de ayudas.
Hacienda impone otro sistema de control: esta vez sobre las facturas de los autónomos
Verifactu, el sistema de facturación electrónica que prepara la Agencia Tributaria, entra en una nueva fase: a partir de este diciembre de 2025, los autónomos podrán utilizarlo de forma voluntaria y sin penalización por errores… pero solo hasta el 1 de julio de 2026. Después de esa fecha, el sistema será obligatorio para todos los autónomos persona física, y los fallos comenzarán a tener consecuencias fiscales.
Esta medida fue confirmada en una jornada organizada por CEOE, CEPYME y ATA, donde técnicos de Hacienda explicaron los detalles del despliegue del sistema. Aunque el discurso oficial habla de “periodo de adaptación”, lo cierto es que Verifactu implica una transformación digital forzosa, con costes y complejidades añadidas para los pequeños empresarios.
Las pymes, en peor situación: deben adaptarse antes del 1 de enero de 2026
A diferencia de los autónomos, las sociedades (pymes) no contarán con el mismo margen de adaptación. Deberán tener sus programas de facturación compatibles con Verifactu antes del 1 de enero de 2026, en medio de un calendario apretado y sin claridad normativa definitiva.
Los técnicos de la Agencia Tributaria reconocen que este nuevo sistema no es una plataforma de declaraciones fiscales, sino un registro automático de facturas. Si bien los errores no serán sancionables durante el periodo de gracia, el régimen sancionador entrará en vigor inmediatamente después.
ATA exige ayudas ante el nuevo coste que impone Hacienda
Desde la Federación Nacional de Autónomos (ATA), su vicepresidenta Celia Ferrero denunció que este nuevo sistema representa un coste tecnológico que deben asumir los autónomos sin apoyo alguno del Estado. Ferrero pidió que se articule una subvención específica, al estilo del “Kit Digital”, para que los afectados puedan implementar Verifactu sin arruinarse en el intento.
También advirtió que ante la confusión legal sobre qué programas están afectados (como Excel), la recomendación es asumir que todos deben cumplir, para evitar sanciones por defecto de forma.
Verifactu será obligatorio… y quien no se adapte, pagará
Hacienda confirmó que, una vez superado el periodo transitorio, la obligatoriedad será total. En ese momento, los errores ya no se pasarán por alto: los datos enviados por Verifactu tendrán que coincidir con las declaraciones fiscales, o de lo contrario habrá que emitir facturas rectificativas, lo que complica todavía más la gestión de los trabajadores por cuenta propia.
La Agencia Tributaria ofrecerá una aplicación gratuita, aunque ya ha dejado claro que no está diseñada para quienes emiten más de 200 o 300 facturas por hora, lo que deja fuera a muchos autónomos con alta rotación de facturación.
¿Digitalización o fiscalización encubierta?
Lo que el Gobierno de Pedro Sánchez vende como un avance en transparencia y digitalización, no es más que otra vuelta de tuerca al control fiscal del pequeño contribuyente. Una vez más, se obliga a los autónomos a invertir tiempo, dinero y recursos para cumplir con un sistema que no han pedido.
Todo apunta a que Verifactu será otra trampa burocrática, con apariencia de modernización, pero con efecto de fiscalización total.



