El PP de Alberto Núñez Feijóo lanza una ofensiva política contra el PSOE aprovechando la cascada de casos de presunto acoso sexual en sus filas para desgastar a María Jesús Montero, vicepresidenta del Gobierno y candidata socialista en Andalucía, con la mira puesta en las elecciones autonómicas de 2026.

Feijóo aprieta al PSOE con una nueva arma política: los casos de acoso
Con el objetivo de minar la credibilidad del PSOE de Pedro Sánchez, el Partido Popular ha decidido sacar rédito político de la reciente oleada de denuncias de presunto acoso sexual que están salpicando a cargos socialistas. Feijóo y su dirección han encontrado en este asunto una nueva línea de ataque centrada en la gestión interna del PSOE de estos casos, especialmente en el episodio del exasesor Francisco Salazar.
Según fuentes del PP, no se trata únicamente de corrupción —tradicionalmente el principal punto de ataque— sino ahora también de la supuesta incapacidad del PSOE para actuar con firmeza ante denuncias de acoso que afectan a figuras vinculadas al partido.
Montero en el punto de mira mientras crecen los casos en el PSOE
Los populares han decidido apuntar directamente a María Jesús Montero, vicepresidenta primera del Gobierno y figura clave del PSOE, responsabilizándola de la “respuesta deficiente” del partido ante los escándalos que se han acumulado en las últimas semanas. El mensaje de Génova es claro: si el PSOE presume de feminismo y defensa de las mujeres, debería haber actuado con más rigor y coherencia cuando los casos afectaron a sus propios miembros.
Entre los casos recientes que el PP destaca se encuentran:
- El presunto acoso sexual en el entorno de Francisco Salazar, exasesor en Moncloa.
- Denuncias contra Antonio Navarro, exsecretario general socialista en Torremolinos (Málaga).
- La dimisión por acoso del presidente de la Diputación de Lugo, José Tomé.
- La renuncia del exdelegado del Gobierno en Castilla y León, Javier Izquierdo.
- La dimisión del alcalde de Belalcázar (Córdoba) tras mensajes de carácter sexual a una trabajadora.
- Investigaciones abiertas por denuncias contra el vicesecretario del PSPV en Valencia.
El objetivo del PP es convertir este cúmulo de casos en un desafío constante para el PSOE, especialmente en Andalucía, donde Montero es candidata de cara a las elecciones autonómicas de 2026.
Desde Génova critican la “hipocresía feminista” del PSOE
La dirección del PP ha denunciado la que considera una doble moral del PSOE: presumir de ser un partido defensor del feminismo y la igualdad, mientras que en la práctica se habrían gestionado de manera opaca o insuficiente las denuncias de acoso en su propio seno.
La vicesecretaria de Regeneración Institucional del PP, Cuca Gamarra, ha afirmado que:
“La indecencia no solo es la corrupción, sino también el machismo. El PSOE ha intentado ocultar o minimizar denuncias de acoso dentro de sus filas mientras predica lecciones a los demás.”
Los populares sostienen que el mensaje de impunidad en torno a estos casos puede provocar una sangría de votos en el PSOE, mucho más sensible hoy a cuestiones de igualdad y feminismo que a argumentos puramente económicos o de gestión.
Feijóo reivindica el protocolo de su propio partido
El PP ha defendido su protocolo interno de actuación ante denuncias de acoso sexual, señalando que cuenta con una Oficina de Compliance que analiza cada caso y que su Código Ético y de Conducta prohíbe expresamente actos de acoso moral o sexual en el entorno del partido.
Para Feijóo y su equipo:
- La gestión del PP frente a estos casos es más transparente, estructurada y seria.
- El PSOE ha fallado en cohesionar un procedimiento sólido.
- Montero y Sánchez tienen responsabilidad política por la imagen de permisividad y descoordinación.
Una estrategia política con la vista en Andalucía 2026
Esta ofensiva no es casual. El PP está consciente de que el debate sobre igualdad de género y feminismo es un terreno sensible para muchos votantes, especialmente en regiones como Andalucía, donde las elecciones autonómicas de 2026 se presentan disputadas.
Transformar la gestión del PSOE ante los casos de acoso sexual en un argumento de desgaste político puede reforzar la posición de Feijóo y de su candidata en el sur de España, alimentando su discurso de transparencia, firmeza y coherencia ética frente a lo que califican como “fallos recurrentes” del PSOE.
Conclusión: dos frentes contra el PSOE
Feijóo ha ampliado su estrategia de ataque: ya no solo apunta a la corrupción y a la gestión económica, sino también a la presunta hipocresía del PSOE en materia de igualdad y acoso.
Al convertir estos casos en una batalla política constante, el PP busca no solo desgastar a Montero en clave andaluza, sino cuestionar la credibilidad general del PSOE ante votantes sensibles a estas cuestiones sociales, poniendo en duda su capacidad para gobernar con coherencia ética.
Esta ofensiva anticipa un año electoral intenso, donde cada escándalo se explotará con fines estratégicos y las líneas rojas de la política se empujarán hasta sus límites.



