En una jornada inolvidable para la F1, Lando Norris ha logrado su primer título mundial tras terminar tercero en el Gran Premio de Abu Dabi, derrotando el dominio de Max Verstappen, que ganó la carrera, y poniendo fin a su monopolio de cuatro años. El australiano Oscar Piastri fue segundo en la prueba, lo que permitió a McLaren sellar un doblete histórico: campeón mundial y título de constructores.
Un podio histórico y una emoción a flor de piel
Norris, con apenas 26 años, se convirtió en el primer británico campeón de F1 en esta década y el octavo piloto de McLaren en lograr el título desde 1974. Tras cruzar la meta en tercer lugar, no pudo contener las lágrimas: “Gracias, chicos… han hecho realidad mis sueños”, confesó por radio al equipo. Luego, ya en el podio, admitió: “No pensé que lloraría, pero lo hice… ahora sé un poco cómo se siente Max”.
La emoción fue compartida: su madre consoló a Piastri en el podio, y tanto Verstappen como el australiano felicitaron al nuevo campeón.
McLaren brilla; Red Bull sufre un frenazo que frustra un quinto título
La victoria de Verstappen subrayó su capacidad de lucha: sumó su octavo triunfo de la temporada, una cifra superior a la de cualquier otro piloto este año. Pero su tercer título consecutivo fue frustrado por el desempeño de Norris. Es la primera vez desde 1998 que McLaren consigue ambos entorchados —pilotos y constructores— en la misma temporada.
Verstappen, aunque derrotado, mostró orgullo por la resistencia del equipo: “Pude luchar en la segunda mitad del año, estoy muy orgulloso de todos por no rendirse”, expresó tras la carrera.
Un cierre de temporada con borrón para Mercedes y Ferrari
Detrás del trío de cabeza, Charles Leclerc (Ferrari) terminó cuarto, seguido por George Russell (Mercedes) y Fernando Alonso (Aston Martin) en sexta posición.
El año fue particularmente duro para Lewis Hamilton, que no subió al podio en ninguna carrera tras su traslado a Ferrari —su peor campaña en décadas. Mientras tanto, Mercedes terminó segundo en la clasificación de constructores, detrás de McLaren, que revive un espíritu ganador que no se veía desde finales de los 90.
¿Qué representa este título para Norris y la F1?
- Confirma a Lando Norris como nuevo líder de una generación emergente.
- Marca el resurgir de McLaren como potencia global en la F1, tras años de altibajos.
- Representa un golpe simbólico y competitivo a Red Bull, que ve roto su dominio absoluto.
- Refuerza la idea de que la F1 puede tener campeones jóvenes, carismáticos y con talento a gran velocidad.
Este triunfo llega en un momento clave: la F1 entra en una nueva era de reglas, motores y equipos. Norris —y McLaren— podrían encarnar el cambio que muchos esperan: competición abierta, frescura, talento y nuevos rostros en lo más alto.
Una nueva generación manda en la F1: Norris ha llegado para quedarse.
