Benjamin Netanyahu pronunció uno de los discursos más duros y contundentes de la Asamblea General de la ONU, mientras Pedro Sánchez apenas dedicó minuto y medio a repetir consignas. El israelí desmontó el relato pro-palestino con claridad y firmeza, desafiando a quienes abandonaron la sala.

Netanyahu habla claro mientras las delegaciones progre huyen
Con una experiencia política que supera las tres décadas, Benjamin Netanyahu volvió a demostrar su dominio del escenario internacional. Mientras delegaciones como la española abandonaban la sala en gesto de boicot, el primer ministro israelí aguantó de pie durante 40 minutos, lanzando un mensaje demoledor contra el terrorismo islamista y la hipocresía occidental.
En contraste, Pedro Sánchez apenas habló durante 1 minuto y 50 segundos, para repetir el mismo discurso vacío que lleva meses impulsando desde Moncloa: un apoyo acrítico a la causa palestina y una condena implícita a Israel.
Las frases más potentes del discurso de Netanyahu
“El mundo ha olvidado el 7 de octubre, pero nosotros no”
Netanyahu no se anduvo con rodeos. Recordó al mundo la masacre del 7 de octubre, cometida por Hamás, con una descripción cruda pero necesaria:
“Mataron a 1 200 inocentes, entre ellos decenas de estadounidenses. Cortaron la cabeza a hombres, violaron a mujeres, quemaron vivos a bebés delante de sus padres. ¡Qué monstruos!”
Un mensaje directo a los rehenes desde la ONU
Netanyahu dirigió unas palabras a los 250 rehenes que siguen en manos de Hamás:
“Queridos héroes, esto es el primer ministro Netanyahu hablándoos en directo desde Naciones Unidas. No os hemos olvidado, el pueblo de Israel está con vosotros. No descansaremos hasta que estéis de vuelta en casa.”
Instaló altavoces en la frontera con Gaza con la esperanza de que los rehenes pudieran escucharle. Un gesto simbólico y emocional que contrastó con la frialdad de otros líderes.
Firme rechazo a la creación de un Estado palestino
Una de las frases que más impacto generó en la sala fue su rechazo categórico a un Estado palestino cerca de Jerusalén:
“Darle a los palestinos un Estado a una milla de Jerusalén después del 7 de octubre es como dárselo a Al Qaeda a una milla de Nueva York tras el 11-S. Es una locura. No lo haremos.”
Y añadió:
“No cometeremos un suicidio nacional porque ustedes no tienen el valor de enfrentarse a unos medios hostiles y a turbas antisemitas.”
Para Netanyahu, la creación de un Estado palestino no es una opción política sino una amenaza existencial para Israel.
Camino hacia una paz condicionada por la victoria
Aunque muchos esperaban un discurso exclusivamente bélico, Netanyahu sorprendió al plantear la posibilidad de paz, pero bajo condiciones claras: victoria sobre el terrorismo y desarme de sus enemigos.
“Las victorias sobre el eje terrorista de Irán han abierto oportunidades para la paz impensables hace dos años.”
“La paz entre Israel y el Líbano es posible, si desarman a Hezbolá. Hasta que eso ocurra, haremos lo necesario para preservar nuestra seguridad.”
También reconoció avances diplomáticos con Siria y señaló que la derrota de Hamás permitiría expandir los Acuerdos de Abraham con más naciones árabes.
Defensa de Israel como destino histórico del pueblo judío
En uno de los pasajes más emotivos, Netanyahu apeló a la historia:
“Durante siglos, la sangre judía fue barata, éramos asesinados impunemente. El nacimiento de Israel no significó el fin de los intentos de destruirnos, significó que podríamos defendernos.”
“Nuestros jóvenes luchan como leones, armados con los sueños de generaciones de judíos. El sueño de vivir como un pueblo libre, en nuestro hogar nacional desde hace 3 000 años.”
Un discurso de liderazgo frente al ridículo de Sánchez
Mientras Pedro Sánchez repite eslóganes vacíos y se alinea con países que promueven el caos en Oriente Medio, Netanyahu habló con la claridad de un líder que sabe lo que está en juego: la supervivencia de su nación y la seguridad de su pueblo.
Mientras Sánchez boicotea desde la comodidad de un discurso breve y cobarde, Netanyahu planta cara a las Naciones Unidas con firmeza, emoción y argumentos.