Estados Unidos ha interceptado un petrolero frente a las costas de Venezuela, en aguas internacionales, como parte del nuevo bloqueo total ordenado por Donald Trump contra los buques que transportan crudo desde el país latinoamericano. El Gobierno de Maduro ha denunciado el hecho como un “acto de piratería internacional”, mientras Caracas prepara una ofensiva diplomática global.
La operación fue confirmada por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, quien aseguró que la interceptación busca frenar “el tráfico ilícito de petróleo” que, según Washington, financia el narcotráfico y sostiene al régimen venezolano.
Trump ordena un “bloqueo total” y ejecuta sin medias tintas
El expresidente Donald Trump había anunciado días antes un bloqueo completo de todos los petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela. El mensaje fue claro: “Los encontraremos y los detendremos”.
Esta nueva interceptación representa la segunda incautación en menos de dos semanas, y forma parte de una escalada militar en la región, con concentración de fuerzas navales de EE. UU. cerca del Caribe.
Venezuela responde: “es un robo y una desaparición forzada”
Desde Caracas, el gobierno de Maduro ha denunciado el acto como “un secuestro militar en aguas internacionales”, acusando a Estados Unidos de piratería petrolera y de promover una ofensiva geopolítica para controlar las reservas de crudo venezolanas.
El régimen ha anunciado que denunciará lo ocurrido ante el Consejo de Seguridad de la ONU y otros organismos internacionales, acusando a Washington de romper las reglas básicas del derecho internacional marítimo.
Una flota “oscura” en el centro del conflicto energético
El petrolero interceptado sería el buque Centuries, con bandera panameña, que operaría como parte de la llamada “flota sombra” venezolana: barcos que navegan sin rutas declaradas y cargan crudo evadiendo sanciones.
Según fuentes estadounidenses, el buque contenía petróleo supuestamente autorizado, pero con bandera falsa, lo que justificaría su incautación. No obstante, expertos en derecho internacional aseguran que el buque no estaba sancionado por EE. UU., lo que complica la legalidad de la operación.
Chevron, Irán y Rusia: el triángulo energético en disputa
Aunque muchas de las embarcaciones que transportan petróleo desde Venezuela están bajo sanciones, otras —como las que operan para Irán, Rusia o incluso Chevron— no lo están. Esta ambigüedad crea una zona gris que Trump ha decidido eliminar por la vía de los hechos, bloqueando incluso cargamentos no sancionados.
Desde la primera incautación, las exportaciones de petróleo venezolano han caído drásticamente, paralizando barcos con millones de barriles en aguas caribeñas.
Un pulso por el control del petróleo… y de América Latina
Este nuevo incidente evidencia que el conflicto ya no es solo diplomático, sino estratégico y militar. El Caribe se convierte en escenario de una lucha por el control energético, en la que EE. UU. busca asfixiar a Maduro, cortar el financiamiento de su régimen y reconfigurar la influencia geopolítica en Sudamérica.
¿Defiende Trump los intereses globales o está trazando la antesala de un conflicto mayor en la región?
