Un nuevo plan impulsado por ATA Castilla y León y el Ayuntamiento de Palencia busca digitalizar a los autónomos para frenar el alarmante retroceso del sector. ¿Solución estructural o parche político ante una crisis ignorada?
La digitalización como salvavidas ante el abandono institucional
Con 64 autónomos menos en Palencia y 117 en toda Castilla y León solo en el último mes, el tejido productivo local se desangra. Frente a esta realidad, ATA Castilla y León y el consistorio palentino han activado “Empresas Preparadas Palencia”, un programa gratuito destinado a asesorar, digitalizar y reforzar los negocios de los trabajadores por cuenta propia.
¿Qué ofrece el programa?
- Asesoramiento personalizado: los autónomos podrán identificar sus carencias digitales y recibir orientación directa.
- Webinars y formación online: incluye una jornada especializada sobre Verifactu y la nueva factura electrónica, crucial ante las inminentes obligaciones fiscales del Estado.
- Vídeos prácticos con tips esenciales para adaptar los negocios a los nuevos requisitos digitales.
- Atención directa: los participantes contarán con un teléfono gratuito (900 903 775) y el correo palencia@ata.es para consultas y seguimiento.
Además, la inscripción está abierta a todo tipo de autónomos, sin importar su forma jurídica: personas físicas, societarios, colaboradores, mutualistas o colegiados.
¿Un verdadero apoyo o una reacción tardía?
La presidenta de ATA Castilla y León, Leticia Mingueza, reconoce que el objetivo es evitar que más autónomos «se queden atrás». Admite que el sector vive un “doloroso descenso” y pide medidas urgentes para evitar más cierres. Palabras que, aunque bienintencionadas, reflejan también el abandono institucional que ha llevado a este punto crítico.
La otra cara del discurso: fiscalidad asfixiante y falta de rumbo
Aunque la iniciativa es bien recibida, no puede ignorarse el contexto: los autónomos siguen sin saber qué cuotas deberán pagar en 2026, sufren una presión fiscal cada vez mayor y enfrentan una normativa cambiante y confusa que ahoga al pequeño emprendedor.
El programa es útil, pero no sustituye la falta de políticas estructurales estables y previsibles. Es un parche más en medio de un modelo fallido que exprime al autónomo mientras se le exige adaptarse a velocidades imposibles.
Conclusión: digitalizar sí, pero con garantías y libertad
La digitalización no puede ser una trampa impuesta, sino una herramienta voluntaria que facilite la supervivencia de miles de negocios. Iniciativas como esta deberían ser permanentes, con apoyo real, rebajas fiscales y menos trabas burocráticas.
¿Es esta la solución definitiva o simplemente un intento desesperado de maquillar la pérdida del motor económico más importante de nuestro país?
