En pleno estallido del caso de corrupción socialista, José Luis Ábalos casi duplicó sus gastos con tarjeta en 2024. La UCO apunta a la existencia de una caja B dentro del PSOE que habría alimentado sus pagos hasta que fue descubierto. Las cifras confirman lo que todos sospechaban: el silencio se paga.

La cronología del dinero sucio
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha sacado a la luz un patrón claro en los movimientos financieros del exministro socialista José Luis Ábalos. Según su informe, los gastos con tarjeta se mantuvieron estables durante el estallido de los contratos irregulares de mascarillas en 2020 y 2021, bajaron en 2022 y 2023… pero se dispararon inexplicablemente en 2024, justo cuando el caso Koldo salía a la luz.
Los gastos por año:
- 2019: 23 858 €
- 2020: 25 999 €
- 2021: 28 634 €
- 2022: 16 361 €
- 2023: 19 572 €
- 2024: 36 447 €
¿Coincidencia? Para los investigadores, no lo parece. La interpretación que cobra fuerza: mientras Ábalos estuvo cobrando comisiones en B, sus gastos oficiales bajaron. Pero cuando estalla el caso y el chiringuito cae, empieza a tirar de tarjeta… y a lo grande.
¿Quién pagaba el silencio?
Según la hipótesis de la UCO, el dinero de la trama pudo haber sido canalizado a través de un circuito B vinculado directamente al PSOE, lo que pondría sobre la mesa una estructura de financiación ilegal dentro del partido.
“Ábalos solo redujo sus gastos oficiales cuando los tenía pagados por la vía de los sobres”, señala el informe.
Y si ese dinero no venía ya del Ministerio, como exministro cesado, ¿de dónde salía? La única respuesta lógica: alguien dentro del PSOE estaba pagando para mantenerlo callado.
2024: el año del descontrol
Justo cuando la justicia empieza a actuar, Ábalos duplica su gasto con tarjetas, pasando de menos de 20 000 € a más de 36 000 € en un solo año. Coincide exactamente con la operación de la UCO, las detenciones y el inicio de las investigaciones formales.
Una lectura plausible: el dinero en efectivo se acaba, el circuito B se colapsa, y Ábalos debe volver a pagar con medios trazables. O lo que es lo mismo: se acabó el dinero negro.
¿Está Pedro Sánchez detrás?
Las implicaciones son demoledoras. Si se confirma que Ábalos recibía pagos “post ministeriales”, el siguiente interrogante es inevitable:
¿Quién autorizaba esos pagos dentro del PSOE? ¿Quién garantizaba su silencio? ¿Hasta qué punto llega la trama?
El secretario general del partido, Pedro Sánchez, no puede alegar desconocimiento si estos fondos provinieran de una supuesta caja B socialista.
La sospecha: el PSOE habría comprado el silencio de un exministro para evitar que el escándalo se extendiera directamente hasta la Moncloa.
Prostitutas, chalés y dinero en sobres
El informe también hace alusión a gastos vinculados a lujos personales, como prostitutas, viajes exóticos o alquileres opacos, incluyendo el chalé que Ábalos alquilaba a turistas, vinculado a la propia trama.
Y en paralelo, la “trama Koldo” ya apunta a conexiones internacionales, manipulación de contratos públicos y enriquecimiento ilícito de múltiples miembros del entorno socialista.
Conclusión
Mientras el PSOE se llena la boca hablando de “transparencia” y “ética política”, sus exministros gastan miles de euros mientras están bajo sospecha, y las pruebas apuntan a una trama estructural de corrupción.
¿Ábalos disparó sus gastos porque se acabó el dinero negro del PSOE? ¿Se está comprando el silencio de quienes podrían hundir a Pedro Sánchez?
Las respuestas, como siempre, el socialismo no las da. Pero las tarjetas, sí hablan.



