Este domingo a las 16:15 h, La Cerámica se prepara para un partidazo de la última jornada del año en LaLiga: Villarreal vs Barcelona, un choque que fue candidateado —sin éxito— para jugarse en Miami. Finalmente se queda en casa, donde el equipo amarillo puede amenazar el liderato de los azulgrana y apuntalar una temporada histórica.

Un Villarreal que sueña con el liderato y el campeón de invierno
El Villarreal CF ha protagonizado una de las campañas más sorprendentes de la temporada. Ocupa la tercera plaza en la clasificación, a ocho puntos del Barcelona, pero con dos partidos menos disputados. Esa circunstancia le mantiene con opciones matemáticas de dar la sorpresa y, sobre todo, de coronarse campeón de invierno por primera vez en su historia si logra sumar los tres puntos.
Para un club de la dimensión del Submarino Amarillo, que ha sido eliminado tanto de la Liga de Campeones como de la Copa del Rey, esa posibilidad supone un estímulo extraordinario para un cierre de año que hasta ahora ha sido espectacular.
El Barça llega con mejores sensaciones pero también con bajas
El FC Barcelona, líder sólido de LaLiga, aterriza en Castellón con un mejor contexto colectivo pese a la ausencia de Pedri, baja confirmada por el técnico Hansi Flick por una lesión en los isquiotibiales. Los azulgranas saben que un triunfo les consolidaría aún más al frente de la tabla antes del parón navideño.
La estadística también sonríe al Barcelona: no pierde en La Cerámica desde 2007. Desde entonces son 12 derrotas y cuatro empates para el Villarreal como local frente al conjunto catalán, un dato que añade presión a los castellonenses en un choque de máxima exigencia.
Muchas bajas y complicaciones para Marcelino
El entrenador Marcelino García Toral afronta el encuentro con un número importante de bajas, al menos ocho ausencias confirmadas, lo que complica la rotación y obliga al técnico a recomponer casi por completo su planificación táctica.
Para un equipo que ya no pelea en Europa ni en Copa, esta Liga se ha convertido en el gran objetivo del curso. No solo por la posición en la tabla, sino por la oportunidad de consolidar una temporada memorable para el club y su afición.
El contexto: de Miami al debate sobre la globalización del fútbol
Este enfrentamiento llega con un trasfondo peculiar: LaLiga intentó que este mismo choque fuera parte de un proyecto de deslocalización en Miami, una idea que finalmente no prosperó. Para muchos aficionados, el rechazo de esa operación fue un acierto, ya que el fútbol debe seguir siendo en España lo que importa a los españoles primero.
La controversia se intensifica cuando se compara con lo que sí ha logrado la Serie A: esta misma semana se confirmó que la liga italiana llevará el Milan–Como a Perth (Australia) el próximo 8 de febrero, siendo pionera en disputar partidos oficiales fuera de Europa. Ese movimiento reabre el debate sobre si el fútbol español está tardando demasiado en globalizarse, o si, por el contrario, debe garantizar primero la integridad de su competición nacional.
Para la afición del Villarreal —y para los neutrales que vieron con recelo la propuesta de Miami— este Villarreal–Barcelona será un regalo anticipado: un choque con historia, sabor local y consecuencias directas en la pelea por LaLiga, sin salir de La Cerámica.
LaLiga bajo lupa: fútbol nacional antes que espectáculo global
El partido se convierte así en una prueba de identidad:
- ¿Debe LaLiga exportar sus partidos fuera de España?
- ¿O es más importante proteger la competición local y garantizar encuentros de calidad en su territorio?
Mientras en otros países el experimento ya se pone en marcha, en España sigue la polémica. Y el choque entre Villarreal y Barcelona será una platea perfecta para que, aunque sea en el campo, se decida qué tipo de fútbol quiere el aficionado español: uno globalizado o uno profundamente arraigado en su afición.



