María Guardiola se perfila como la ganadora indiscutible en las elecciones autonómicas de Extremadura, pero la dirección del PP ya asume que no alcanzará la mayoría absoluta. Desde Génova se habla de victoria clara, sí, pero condicionada al gesto de Vox, al que esperan convencer para que se abstenga sin exigir entrar en el Gobierno. Un “voto prestado” para evitar otra repetición electoral… o el riesgo de que el PSOE vuelva al poder.
La victoria sin poder real: el escenario que teme el PP
A solo 24 horas de las urnas, el mensaje interno ha cambiado. De la euforia inicial se ha pasado a la contención calculada. Génova da por hecho que Guardiola aventajará en más de 10 puntos al socialista Miguel Ángel Gallardo, pero sin mayoría suficiente para gobernar en solitario.
La dirección nacional del PP ya no habla de mayoría absoluta. Ahora cruzan los dedos para que Vox no vete la investidura, aunque dejan claro que no quieren reeditar coalición. En resumen: esperan que Vox “trague”… sin pedir nada a cambio.
Vox planta cara: “o pasa por el aro o pacta con el PSOE”
Pero Vox no olvida. Tras el ruptura del pacto en 2024, el partido de Abascal ha endurecido su posición. El propio Santiago Abascal, desde Mérida, ha advertido:
“La señora Guardiola, o pasa por el aro, o repite elecciones, o pacta con el PSOE”.
El líder de Vox ha rechazado “el chantaje del voto útil” y ha exigido que el PP se comprometa con políticas reales de cambio, no con las recetas de Bruselas ni con los postulados progresistas del “Pacto Verde” o la “ideología de género”.
Guardiola arrastra el desgaste del pacto roto
Aunque Génova intenta presentar a María Guardiola como la figura que ha “ampliado la base electoral” en zonas rurales, lo cierto es que su gestión al frente de la Junta durante dos años y medio ha estado marcada por la ambigüedad y la ruptura con Vox.
Guardiola se negó a aceptar una coalición estable en 2023. Finalmente pactó con Vox tras las elecciones… pero el acuerdo saltó por los aires en 2024, generando desconfianza y fractura en el bloque de centroderecha.
PP quiere gobernar sin compartir el poder
En privado, en Génova ya hacen números: si PP y Vox suman mayoría, el objetivo es claro: gobernar en solitario con abstención ajena. Pero sin ofrecer cargos, ni programa común, ni espacios de poder compartido.
Una táctica arriesgada que podría abrir las puertas a una repetición electoral o, peor aún, a un pacto alternativo con el PSOE, como insinuó Vox.
Extremadura, espejo de lo que viene en España
La batalla extremeña es un laboratorio político. Si el PP fracasa en integrar a Vox en un proyecto serio, el mensaje para otras regiones —y para Moncloa— será claro: sin unidad, no hay alternativa real al sanchismo.
