
Almeyda incumple su propio ideario táctico y pone en jaque al Sevilla
Una derrota que cuestiona liderazgo y coherencia en el banquillo sevillista
Matías Almeyda, técnico del Sevilla FC, volvió a mostrar inconsistencias que preocupan a la afición y a la directiva. Tras un esperanzador triunfo ante el Barcelona, el entrenador decidió caer en contradicciones difíciles de explicar, especialmente durante el reciente partido contra el Mallorca.
El Sevilla, que había implementado con éxito un sistema de defensa de cuatro jugadores frente al Barcelona, no supo reaccionar cuando el Mallorca modificó su esquema táctico introduciendo dos delanteros. Almeyda prefirió aferrarse a un discurso manido: «lo que funciona no se toca», en lugar de adaptar su estrategia como él mismo había prometido. Esta desidia llevó a que su equipo fuera pulverizado sobre el terreno de juego.
Crónica de un problema anunciado
Antes del parón, Almeyda justificaba su uso de línea de cuatro defensas en partidos contra equipos que alinean tres delanteros, asegurando que con dos delanteros optaba por tres centrales para mayor seguridad. Sin embargo, ante el Mallorca, pese a que el rival ajustó su disposición, el técnico argentino no aplicó su propio razonamiento, evidenciando la falta de temple y rigor táctico que exigen los tiempos actuales.
Esta contradicción no solo provocó una dolorosa derrota, sino también dañó la moral de una afición que creía en un proyecto serio y coherente. El Sevilla pierde así puntos vitales en la lucha por posiciones europeas y deja escapar una ventaja que parecía consolidada tras doblegar al Barcelona.
Conclusiones y retos para el futuro
El incidente plantea un debate inquietante sobre la capacidad de Almeyda para liderar a un club con aspiraciones tan exigentes. La próxima jornada en San Sebastián se presenta como una oportunidad crucial para que el técnico rectifique y demuestre que puede imponer una disciplina táctica firme y adaptable, factores indispensables para competir en la élite española y europea.
El Sevilla FC debe asimismo gestionar con urgencia las lesiones de jugadores clave como Azpilicueta si no quiere que las debilidades internas terminen ahogando el buen arranque de temporada.



