El expresidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, ha sido condenado a 12 años de prisión por los delitos de soborno en actuación penal y fraude procesal, según dictámen emitido por la jueza Sandra Liliana Heredia, titular del Juzgado 44 de Conocimiento de Bogotá. La sentencia incluye prisión domiciliaria inmediata y una multa de alto calibre económico.
Una sentencia histórica con mil páginas de respaldo
El fallo judicial se sustenta en un documento de 1 114 páginas que, según la magistrada, desvirtúa totalmente la presunción de inocencia del exmandatario. La decisión establece también una inhabilitación de 100 meses y 20 días para ejercer funciones públicas y una multa de 2 425 décimos del salario mínimo legal mensual vigente.

Del Palacio de Nariño al arresto domiciliario en Rionegro
Uribe, quien fue presidente entre 2002 y 2010, deberá cumplir su condena en arresto domiciliario en su residencia de Rionegro (Antioquia). La jueza ordenó que los servicios judiciales de esa ciudad coordinen la recepción de la caucón correspondiente y formalicen los trámites para el confinamiento.
Para activar este beneficio judicial, Uribe deberá presentar una caución o póliza judicial equivalente a cuatro salarios mínimos legales mensuales.
Las claves del fallo y los delitos imputados
El tribunal absuelve al exmandatario de los cargos de soborno simple en el caso de Hilda Niño Farfán y del fraude procesal en el expediente «Pacho Cundinamarca«. Sin embargo, lo declara culpable como determinador penalmente responsable en el caso de soborno en actuación penal y fraude procesal, ambos en concurso homogéneo.
La jueza justificó la urgencia de la medida al señalar que permitir la libertad de Uribe, tras una sentencia condenatoria, podría generar una «percepción negativa en la sociedad» sobre la eficacia del sistema judicial.
Uribe apelará personalmente la sentencia
El exmandatario ya ha anunciado que interpondrá recurso de apelación ante la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá, el cual deberá ser sustentado en un plazo máximo de cinco días. Uribe se ha manifestado en redes sociales asegurando que «se concentrará en la solución» y que preparará su defensa personalmente.
Reacciones divididas y un futuro incierto
La sentencia ha generado reacciones encontradas: mientras sectores jurídicos y ciudadanos celebran la decisión como un hito para la justicia en Colombia, otros consideran que existe un «sesgo judicial» contra Uribe. Sus abogados han solicitado suspender la ejecución de la medida hasta que haya una decisión en firme.
El futuro del expresidente quedará ahora en manos del Tribunal Superior de Bogotá, que tendrá la última palabra sobre si confirma, modifica o revoca esta condena.



