El auge de la inteligencia artificial (IA) generativa conlleva “nuevos y urgentes desafíos relacionados con los recursos”, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Su informe, publicado este martes, alerta de que el crecimiento exponencial en la potencia computacional necesaria para ejecutar estos modelos “está ejerciendo una presión cada vez mayor sobre los sistemas energéticos globales, los recursos hídricos y los minerales críticos”. Y para minimizar ese impacto, propone desarrollar modelos más eficientes, o con menos parámetros, y que la gente use estas herramientas de forma responsable, dándole instrucciones cortas.
La agencia de la ONU aporta cifras sobre la situación. Hay 1.000 millones de personas que usan diariamente herramientas de IA generativa, sostiene la Unesco. Cada interacción consume energía, una media de 0,34 vatios por hora. Eso añade hasta 310 gigavatios hora por año, “el equivalente al uso anual de electricidad de más de tres millones de personas de un país africano de bajos ingresos”. La demanda de energía asociada a la IA se dobla cada 100 días, poniendo más presión en las redes energéticas mundiales. “Los consumidores no son conscientes de estos costes, y se ha hecho poco para educarles”, subraya.