
Ultras suspenden Ajax-Groningen tras caos por bengalas y fuegos artificiales
Homenaje trágico o excusa para el descontrol en el fútbol neerlandés
El partido entre Ajax y Groningen fue suspendido tras menos de 7 minutos de juego debido a la actuación irresponsable de los grupos ultras del Ajax. Estos encendieron decenas de bengalas y lanzaron fuegos artificiales como supuesto homenaje a un aficionado fallecido, Thijmen Tuben Pfann, de 29 años, pero el humo y la inseguridad obligaron al árbitro Ben Nijhuis a interrumpir el encuentro después de casi una hora de espera.
La seguridad, la gran víctima
El Ajax calificó los hechos de «absolutamente escandalosos» y pidió disculpas a todos los afectados. A pesar de las estrictas medidas de seguridad, incluyendo cacheos, perros detectores de fuegos artificiales y protocolos preventivos, el control fue insuficiente. La Federación neerlandesa (KNVB) anunció multas de 450 € y sanciones de hasta 60 meses de prohibición de entrada a estadios para los responsables.
Controversia y doble rasero en el fútbol político
Este episodio vuelve a evidenciar la insostenible permisividad hacia grupos ultras que, bajo pretextos emotivos, comprometen la seguridad en los eventos deportivos. El club y las autoridades actúan con tibieza mientras los aficionados violentos ponen en jaque la integridad de jugadores y espectadores. Además, llama la atención la impunidad con la que estos grupos se mueven en un contexto europeo donde el rigor suele aplicarse selectivamente según los intereses políticos o geográficos. La pregunta es clara: ¿hasta cuándo la seguridad y el orden cederán ante la exaltación de ciertas minorías violentas, mientras la mayoría de seguidores honestos paga las consecuencias?



