El Gobierno italiano celebra como «una gran victoria» que la Unión Europea haya dado luz verde a su modelo de externalización de asilo y retornos, validando las políticas migratorias que Meloni defendió en solitario.

La UE avala por primera vez la creación de centros de retorno fuera del territorio comunitario, como los que Italia levantó en Albania
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, ha logrado una validación política contundente en Bruselas. Este lunes, los ministros del Interior de la Unión Europea acordaron aprobar un paquete de medidas migratorias que permitirá a los Estados miembros establecer centros de tramitación de asilo y retorno en países terceros, siempre que existan acuerdos bilaterales. Una medida que calca el modelo defendido por Meloni, conocido como el “modelo Albania”, y que durante meses fue duramente atacado tanto por la oposición italiana como por sectores progresistas de Europa.
Con esta decisión, la Unión Europea da un paso inédito en política migratoria: autoriza la externalización de la gestión de solicitudes de asilo y la ejecución de expulsiones en territorio no comunitario. Para el Ejecutivo italiano, es el triunfo de una visión migratoria firme, enfocada en acelerar devoluciones y aliviar la presión sobre los sistemas de acogida europeos.
Un plan cuestionado… hasta que Bruselas lo adopta
Durante más de dos años, Meloni fue blanco de críticas por los centros de retorno construidos en Shengjin y Gjader, Albania, cuya financiación superó los 900 millones de euros. La oposición llegó a calificarlos de «monumento al despilfarro», alegando baja operatividad y elevados costes. Incluso el Tribunal de Justicia de la UE puso freno al proyecto en su momento, al permitir que jueces nacionales supervisaran caso por caso las deportaciones.
Sin embargo, con la nueva normativa europea, ese modelo cobra respaldo jurídico pleno. El ministro del Interior italiano, Matteo Piantedosi, lo calificó de “paso histórico que confirma la línea italiana”, destacando que “hará más eficaces los retornos y reducirá la carga sobre los Estados miembro”.
España, única voz crítica en la UE
Mientras Italia celebra el giro europeo, España fue el único país que votó en contra del paquete migratorio. La postura del Gobierno de Sánchez quedó aislada, evidenciando su distancia respecto a las nuevas directrices que marcan el rumbo de Europa. La inclusión de una lista de países seguros, como Marruecos, Egipto, Bangladés, India, Túnez, Colombia o Kosovo, permitirá acelerar la inadmisión de solicitudes de asilo procedentes de esos lugares, otro punto clave del nuevo marco legal.
Meloni consolida su liderazgo europeo en inmigración
El cambio normativo no sólo permite a Italia reactivar su acuerdo con Albania sin trabas judiciales, sino que posiciona a Giorgia Meloni como la líder que ha logrado mover a Europa hacia una política migratoria más firme y estructurada. Frente a quienes veían su modelo como inviable, el aval de Bruselas confirma que su enfoque ha ganado la batalla del relato en un debate clave para el futuro del continente.
Aunque la oposición italiana insiste en que “el proyecto ha sido un fracaso operativo”, la realidad es que el modelo Meloni ya está siendo incorporado por la propia UE, en lo que supone un respaldo simbólico y estratégico de gran alcance político.
En un contexto donde la inmigración sigue marcando la agenda europea, Meloni puede presentarse ante los italianos —y ante Europa— como la dirigente que transformó las críticas en norma comunitaria.



