La brutalidad del ejército de Vladímir Putin en Ucrania vuelve a quedar en evidencia. Un soldado ucraniano de 33 años, identificado como Vladislav, logró sobrevivir a un intento de ejecución cometido por tropas rusas cerca de Pokrovsk, en la región de Donetsk.
Según su testimonio, fue capturado, torturado, degollado y arrojado a una fosa común, dado por muerto. Contra todo pronóstico, sobrevivió a la hemorragia y pasó cinco días arrastrándose hasta alcanzar posiciones ucranianas.
El relato de una supervivencia imposible
Vladislav, miembro de la Guardia Nacional de Ucrania, permanece ingresado en el hospital de Dnipro. El director del centro, Sergi Rizhenko, confirmó la gravedad del caso:
“Cuando a una persona le cortan la garganta y empieza a desangrarse, las posibilidades de sobrevivir son mínimas. En 11 años de guerra nunca habíamos tratado una herida así”.
El medio público ucraniano Suspilne recogió su testimonio, convirtiéndolo en uno de los ejemplos más impactantes de la violencia sistemática ejercida por las fuerzas rusas contra prisioneros de guerra.
Torturas y crímenes de guerra
El caso de Vladislav se suma a una larga lista de denuncias por torturas, ejecuciones sumarias y crímenes de guerra cometidos por Rusia desde la invasión de Ucrania en 2022.
Organismos internacionales, incluida la Corte Penal Internacional, han abierto investigaciones por las atrocidades documentadas en territorios ocupados, donde se han hallado fosas comunes y pruebas de asesinatos de civiles y soldados capturados.
Símbolo de resistencia
El soldado ucraniano se ha convertido en un símbolo de supervivencia y resistencia, en un conflicto marcado por la brutalidad. Su caso ilustra no solo la dureza de la guerra, sino también la determinación ucraniana de resistir frente a la invasión rusa.
