Donald Trump responde con firmeza a las amenazas del Kremlin y ordena el despliegue de submarinos nucleares estadounidenses en zonas estratégicas. La medida, comunicada este viernes, busca contener el creciente tono beligerante de Moscú, después de las incendiarias declaraciones del exmandatario ruso Dmitri Medvédev sobre un posible conflicto nuclear.
Choque directo: Trump vs Medvédev
La escalada verbal entre Trump y Medvédev ha alcanzado un nuevo nivel. El expresidente ruso advirtió que Moscú conserva “capacidades de ataque nuclear de último recurso”, a lo que Trump respondió ordenando el movimiento de dos submarinos nucleares hacia lo que denominó “las regiones correspondientes”.
«He ordenado el despliegue… por si acaso estas declaraciones insensatas e incendiarias van más allá», escribió Trump en sus redes sociales.
¿Amenaza nuclear o simple recordatorio?
Aunque el Pentágono y la Armada de EE. UU. han optado por no comentar la operación, expertos en seguridad advierten que el mensaje de Trump es más político que operativo, ya que EE. UU. mantiene permanentemente activos submarinos de disuasión nuclear. Sin embargo, el gesto tiene alto valor simbólico y estratégico, especialmente en un momento de tensión con Rusia por la guerra en Ucrania.
Cuando fue interrogado por los periodistas, Trump fue tajante:
«Un expresidente de Rusia hizo una amenaza y vamos a proteger a nuestro pueblo».
Medvédev, el agitador del Kremlin
Dmitri Medvédev, actualmente vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, ha asumido un rol provocador y cada vez más agresivo, convirtiéndose en portavoz de las posturas más extremas del Kremlin. Su advertencia nuclear fue interpretada como una intimidación directa hacia Estados Unidos, a escasos meses de unas elecciones presidenciales clave.
Los defensores del control de armas han criticado a ambos mandatarios por elevar el tono. Sin embargo, el enfoque de Trump es interpretado en ciertos sectores como una respuesta firme ante la tibieza mostrada por la administración Biden durante los años previos.
Ucrania y la frustración occidental
La tensión no es solo verbal. Trump ha manifestado reiteradamente su frustración con Vladimir Putin por no negociar el fin de la guerra en Ucrania, conflicto que ya supera los tres años de devastación. La falta de avances diplomáticos y la radicalización del ala dura rusa elevan el riesgo de una confrontación global.
Conclusión: firmeza o temeridad
Mientras algunos analistas ven en esta medida una maniobra electoral de alto riesgo, otros la consideran una señal inequívoca de disuasioón y liderazgo global. En un mundo donde las palabras pueden detonar guerras, el mensaje de Trump es claro: Estados Unidos no se dejará amedrentar por las amenazas del Kremlin.
¿Estamos ante un gesto temerario o una necesaria reafirmación del liderazgo occidental frente al chantaje nuclear ruso? La historia juzgará, pero el equilibrio mundial vuelve a pender de un hilo.