Elon Musk insiste en vender la fantasía futurista de los robotaxis de Tesla, pero la realidad jurídica lo frena: la compañía no tiene permisos ni del Departamento de Vehículos de California ni de la Comisión de Servicios Públicos para operar su flota sin conductor.
Tesla choca contra la ley en California mientras intenta lanzar su servicio de robotaxi
Este fin de semana, Tesla planea lanzar una versión “más limitada” de su servicio de robotaxi en San Francisco, tras una prueba inicial en Austin (Texas) iniciada en junio. Pero hay un gran problema: la empresa no cuenta con las autorizaciones legales para operar este servicio en California, según confirmó el propio Departamento de Vehículos Motorizados (DMV) y la Comisión de Servicios Públicos (CPUC).
El plan de Musk incluye invitar a propietarios de Tesla a participar en este programa piloto. Pero si lo ejecutan con el sistema de conducción autónoma activado —incluso con un operador de seguridad humano a bordo—, estarían incurriendo en una clara violación de la normativa estatal.
Tesla carece de permisos para vehículos sin conductor y tampoco ha solicitado ninguno
California exige tres tipos de permisos para la operación de vehículos autónomos:
- Pruebas con conductor.
- Pruebas sin conductor.
- Implementación sin conductor.
Tesla solo posee el primero. Ni ha solicitado ni tiene los otros dos. Además, la CPUC confirmó que Tesla no tiene ningún permiso para ofrecer servicios de transporte de pasajeros en vehículos autónomos, sean estos gratuitos o de pago.
“Tesla no puede usar sus coches como robotaxis con o sin conductor”, confirmó Terrie Prosper, portavoz de la CPUC.
Promesas incumplidas y marketing peligroso
Elon Musk lleva una década prometiendo una «solución general» de conducción autónoma. Llegó a declarar que un coche Tesla iría de Los Ángeles a Nueva York sin intervención humana. Jamás ocurrió. La realidad es muy distinta:
- El servicio en Austin se limita a unas pocas calles del centro.
- Hay un operador humano en el asiento del copiloto, obligado a intervenir cuando el sistema comete errores.
- No se sabe cuántos vehículos están activos ni cuántas veces han fallado.
Mientras tanto, el DMV intenta impedir que Tesla siga vendiendo en California
Tesla se enfrenta a una demanda estatal por vender sus coches como “totalmente autónomos”, sin haber demostrado su funcionamiento seguro. Además, la compañía está siendo investigada por muertes ocurridas mientras se usaba el sistema Autopilot, una tecnología promocionada como autónoma, pero con serias limitaciones prácticas.
¿Otro experimento tecnocrático con consecuencias reales?
Este caso revela una vez más cómo el futurismo sin regulación ni transparencia puede poner en riesgo vidas humanas. Tesla, obsesionada con lanzar una red de taxis sin conductor, ignora las leyes, omite la seguridad y vende humo a accionistas y consumidores.
La colonización del espacio público por parte de tecnócratas sin control democrático como Musk exige un debate urgente:
¿Queremos ciudades gobernadas por algoritmos sin responsabilidad legal o por ciudadanos libres con leyes justas?