viernes, octubre 31, 2025
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El Supremo absuelve al Pequeño Nicolás de usurpación de funciones: solo cumplirá dos años por falsedad documental

El Supremo absuelve al Pequeño Nicolás de usurpación de funciones

El Tribunal Supremo ha dictado una sentencia que reduce drásticamente la condena contra Francisco Nicolás Gómez Iglesias, conocido como ‘el Pequeño Nicolás’, al absolverle del delito de usurpación de funciones públicas. La resolución mantiene solo una pena de dos años de prisión por falsedad documental, vinculada al uso de sellos y documentos oficiales falsificados.

El Supremo absuelve al Pequeño Nicolás

Los hechos: fingir ser del Gobierno

En 2014, Francisco Nicolás se hizo pasar por agente del Gobierno y del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ante un empresario, al que acompañó a una sucursal bancaria de Toledo para desbloquear fondos retenidos por Hacienda. Durante la reunión, simuló incluso hablar por teléfono con la entonces vicepresidenta del Gobierno y mostró documentos con logotipos oficiales.

El Supremo lo absuelve de usurpación

El Tribunal Supremo ha considerado que su actuación no encaja en el delito de usurpación de funciones públicas, ya que no simuló un cargo concreto con atribuciones definidas, sino más bien una apariencia genérica de poder o influencia. La sentencia afirma que «simula influencias, no ejerce funciones propias de un cargo público existente».

Con este argumento, se anula la condena inicial de 3 años y 5 meses de prisión, impuesta por la Audiencia Provincial de Madrid, reduciendo la pena a solo dos años.

Falsedad documental: el delito que se mantiene

Lo que sí mantiene el Alto Tribunal es la condena por falsedad continuada en documento oficial, ya que el joven utilizó sellos, membretes y simbología institucional (de la Casa Real, la Presidencia del Gobierno y el CNI) para engañar y obtener beneficios. Es por este motivo que la pena final se mantiene en dos años de prisión, aunque con posibilidad de suspensión si no incurre en nuevos delitos.

Reflexión institucional y mensaje judicial

Este fallo del Supremo plantea dudas sobre los límites legales entre el engaño y el delito cuando se trata de suplantar instituciones. Aunque se castiga la falsedad, se deja impune el uso de símbolos del Estado como si fueran herramientas de poder personal.

El caso del Pequeño Nicolás es una muestra de cómo en España la cultura del engaño puede abrir puertas, y ahora, con esta sentencia, también salir casi gratis.

Opinión de Zero Censura

Desde Zero Censura, alertamos sobre el peligroso precedente que deja esta decisión judicial. Mientras la justicia impone penas duras a ciudadanos por delitos menores, absuelve a quien simuló ser parte del Gobierno y utilizó emblemas del Estado para sus propios fines.

El mensaje es claro: quien tiene contactos o sabe moverse entre despachos, puede jugar a ser poder sin apenas consecuencias. ¿Qué habría pasado si en lugar del Pequeño Nicolás, el implicado hubiera sido un ciudadano anónimo?

No es solo un caso mediático, es una alerta sobre el deterioro institucional, donde las apariencias pesan más que la verdad y el castigo se aplica con vara desigual.

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