El presidente del Gobierno viaja a Chile para liderar una “cumbre democrática” con sus aliados más radicales en Latinoamérica. Todo en nombre de la “democracia”, mientras callan ante las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Una “cumbre democrática” al estilo socialista
Pedro Sánchez vuelve a hacer las maletas, pero no para resolver los problemas de España, sino para protagonizar un nuevo espectáculo internacional de la izquierda radical. Este lunes viaja a Santiago de Chile, donde participará en el foro “Democracia siempre”, una cumbre organizada por sus socios ideológicos en América Latina.
Los asistentes no dejan lugar a dudas:
- Lula da Silva (Brasil)
- Gustavo Petro (Colombia)
- Gabriel Boric (Chile)
- Yamandú Orsi (Uruguay)
Una alineación que evidencia la intención real del evento: blindar un frente común progresista ante el avance imparable de las fuerzas conservadoras en todo el continente.
Palabrería contra el “extremismo”… pero sin autocrítica
En una columna conjunta publicada en redes sociales, los líderes de esta “internacional progresista” aseguran que la democracia está siendo amenazada por “discursos autoritarios” y “malestar ciudadano”.
“No cabe el inmovilismo ni el miedo”, declaran, mientras acusan veladamente a partidos como Vox, al nuevo gobierno de Argentina, o incluso al resurgimiento de Donald Trump en Estados Unidos.
Pero lo que no mencionan, ni una sola vez, son las auténticas dictaduras:
- Cuba, donde la represión y la pobreza siguen hundiendo al país.
- Nicaragua, donde Daniel Ortega ha borrado toda oposición política.
- Venezuela, donde Maduro impone su régimen a base de fraude, violencia y censura.
Sánchez exporta su modelo de polarización
Lo que Sánchez ha hecho en España —señalar medios, insultar opositores y atacar al poder judicial— ahora intenta replicarlo en el extranjero, rodeado de gobiernos que siguen una agenda populista y radical.
Bajo el pretexto de “fortalecer la democracia”, estos líderes proponen:
- Más gasto público y subsidios para combatir la desigualdad.
- Reformas estructurales que suenan más a control ideológico que a libertad económica.
- Multilateralismo y “justicia social” como cortina de humo para esquivar la crítica.
Viaje ideológico y poco útil para España
Tras la cumbre en Chile, Sánchez visitará:
- Uruguay, donde se reunirá con el izquierdista Yamandú Orsi, que aspira a tomar el poder en su país.
- Paraguay, en una visita diplomática para lavar la cara tras un recorrido plagado de afinidades ideológicas.
Nada se sabe de acuerdos económicos, inversiones reales o defensa de los intereses de los españoles en el extranjero. Todo gira en torno al discurso ideológico de siempre.
Zero Censura opina: Más teatro ideológico y menos soluciones reales
Pedro Sánchez no representa a todos los españoles en esta gira. Solo a una minoría radical que teme perder el poder.
Mientras la economía española se tambalea, la inmigración ilegal se descontrola y la justicia pierde independencia, el presidente prefiere abrazar a Petro, Lula y Boric, y predicar democracia con un doble rasero vergonzoso.



