Pedro Sánchez dispone de 20 agentes GRS para proteger su descanso en Lanzarote, mientras sólo 6 a 12 efectivos fueron enviados a los incendios que arrasan más de 150 000 hectáreas en León y Zamora. La indignación crece.
Despliegue desigual: más protección para Sánchez que para ciudadanos en llamas
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, vuelve a protagonizar una nueva polémica en plena tragedia nacional. Durante sus vacaciones en Lanzarote, Sánchez está escoltado por 20 agentes de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil, una cifra que duplica al despliegue destinado a los incendios de León y Zamora, donde solo se han destinado entre 6 y 12 efectivos.
Mientras los fuegos han dejado dos muertos, varios heridos graves y un rastro de más de 150 000 hectáreas calcinadas, el Gobierno ha optado por blindar a su presidente y a su círculo político en lugar de reforzar la emergencia sobre el terreno.
Marlaska, de vacaciones y sin dar explicaciones
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, también se encuentra de vacaciones en la isla, alojado en el mismo complejo de lujo de La Mareta, junto a Sánchez. Desde allí ha autorizado un despliegue masivo de escoltas y seguridad personal, mientras las provincias castellanoleonesas arden sin apenas refuerzos logísticos.
Incluso el expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero, también de vacaciones en Lanzarote, cuenta con su propia sección de 20 agentes, que alternan turnos para garantizar su seguridad. Si Zapatero se ausenta temporalmente de la isla, sus escoltas refuerzan la seguridad de Sánchez. Prioridades, al parecer, muy claras.
Desigualdad flagrante y abandono institucional
La diferencia entre el despliegue elitista para blindar los días de descanso de los líderes socialistas y el precario refuerzo a los cuerpos que luchan contra el fuego es un escándalo difícil de justificar.
Los GRS, especializados en control de masas, orden público y seguridad crítica, también desempeñan tareas esenciales durante emergencias como incendios: control de carreteras, evacuaciones y prevención de saqueos. Pero la falta de personal crónica en estas unidades, agravada por la infrafinanciación y el abandono de Interior, ha obligado incluso a que agentes fuera de servicio interrumpan sus vacaciones voluntariamente para ayudar.
Unas vacaciones de lujo a costa del contribuyente
Sánchez disfruta su retiro estival en el palacio de La Mareta, propiedad de Patrimonio Nacional. Moncloa ha gastado 49 358 euros en poner a punto la residencia presidencial, además de otros 15 000 euros en trabajos para la piscina y el lago artificial.
Mientras, los agentes encargados de su seguridad se alojan en hoteles de la isla, que han perdido dinero debido a las dietas irrisorias pagadas por Interior, según denuncias internas.
Zapatero, por su parte, disfruta de su villa en la exclusiva urbanización Los Noruegos, donde pasa todos los veranos. Lleva ya más de un mes de vacaciones, y se espera que las prolongue hasta mediados de septiembre. Sánchez, por su lado, llegó el 2 de agosto y se quedará hasta finales de mes.
Guardia Civil: vocación frente al abandono
Desde el pasado 8 de agosto, más de una veintena de agentes —algunos en su tiempo libre o con vacaciones suspendidas— han decidido presentarse voluntariamente para apoyar las tareas de extinción, evacuación y logística en León y Zamora. Se trata de miembros del Seprona, Seguridad Ciudadana, Tráfico y oficinas móviles, que han optado por ayudar pese al abandono institucional que sufren.
Todo el dispositivo está coordinado por la Junta de Castilla y León, con el respaldo de la UME, MITECO y emergencias autonómicas. Sin embargo, el Gobierno central sigue sin asumir su responsabilidad política en esta crisis.
¿Un Gobierno para el pueblo o para sus vacaciones?
En medio de la tragedia, el contraste entre el despliegue de lujo para la casta socialista y el abandono a los ciudadanos de a pie que sufren los incendios resume el drama del sanchismo en estado puro. La prioridad no es apagar los fuegos, sino proteger la imagen, la comodidad y los privilegios del poder.
¿Cuántas hectáreas más deben arder antes de que Moncloa abandone su burbuja de verano?
