El Parque Natural de Sanabria vive un auténtico infierno. Miles de vecinos han sido evacuados por un incendio descontrolado que ya ha arrasado localidades enteras. Entre ellos, Elena, una abuela que se resistía a dejar su casa, hasta que sus nietos la convencieron con lágrimas y súplicas. Ahora espera en Vigo, mientras la UME y la Guardia Civil corren contra reloj para salvar lo poco que queda.
Incendios descontrolados, vidas rotas
En lo que va de año, los incendios han devorado más de 343 000 hectáreas en España. Solo en Sanabria, el fuego ha obligado a 8 000 personas de seis localidades a abandonar sus hogares.
La hija de Elena, Censi, lo resume con crudeza: “Era un incendio predecible, los ganaderos lo advertían y nadie hizo nada”.
Vecinos frustrados: “Nos quitaron las quemas controladas”
La impotencia se extiende entre los habitantes de Sanabria. Cristian, un ganadero, intenta salvar a sus animales mientras critica la pasividad de las autoridades:
- Se prohibieron las quemas controladas, fundamentales para limpiar el monte.
- Se bloqueó la intervención de los vecinos en la prevención.
- Y cuando llega el fuego, solo quedan la evacuación y las lágrimas.
La falta de coordinación entre administraciones y población ha convertido la tragedia en un desastre anunciado.
Parques Naturales: ¿protección o condena?
Elena y su familia denuncian que la etiqueta de “Parque Natural” es una trampa: no se permite gestionar el bosque, ni cortar, ni limpiar, ni preparar cortafuegos. Lo que debería ser una medida de protección ambiental se convierte en un obstáculo mortal para quienes habitan estos territorios.
Los pueblos que dependen del monte se sienten abandonados y víctimas de un modelo que sacrifica vidas reales en nombre de una ecología de despacho.



