Ni suben los sueldos ni se incentiva la riqueza: la mentalidad pobrista lastra el futuro económico de los españoles.
Una parálisis salarial que dura tres décadas
España lleva 30 años atrapada en una parálisis salarial sin precedentes. Los datos de Eurostat revelan que el salario real medio solo ha crecido un 6 % desde 1994, mientras que Irlanda lo ha hecho un 72 %, Suecia un 57 %, y Portugal y Francia superan el 24 % y 27 %, respectivamente. Solo Italia comparte el mismo letargo con un crecimiento del 3 %.
Los datos de la OCDE son incluso más preocupantes: apenas un 2,76 % de crecimiento en las remuneraciones reales en las últimas tres décadas, uno de los peores registros de los 38 países miembros.
El espejismo del aumento nominal
Según la Encuesta Anual de Estructura Salarial del INE, el salario medio real en 2023 fue un 1,9 % inferior al de 2018, lo que demuestra que la inflación ha devorado cualquier avance nominal.
Cargas laborales asfixiantes
Desde que entraron en vigor el Mecanismo de Equidad Intergeneracional y la nueva cuota de solidaridad, las cotizaciones se han disparado un 6,2 %. Este incremento golpea directamente a la rentabilidad del trabajo y desincentiva tanto la contratación como la iniciativa privada.
Riqueza: un bien escaso y sospechoso
Solo 6 millones de personas declaran más de 30.000 euros brutos anuales. De ellos, un tercio son pensionistas y otro tercio empleados públicos, dejando a un sector privado anémico en cuanto a ingresos reales.
En 2022, según la Agencia Tributaria, solo 852 personas declararon un patrimonio superior a los 30 millones de euros. En EE. UU., hay más de 200.000 ciudadanos en esa categoría, una desproporción que evidencia el escaso dinamismo patrimonial de España.
Una cultura que penaliza el éxito
La mentalidad de «suma cero» predomina: si uno gana, otro pierde. La riqueza es percibida como injusta, no como resultado de esfuerzo o innovación. Según el profesor Jesús Fernández-Villaverde, «en España se considera que con 80.000 euros brutos se vive de lujo», una señal clara de que el umbral de la aspiración está por los suelos.
Pobres y orgullosos de serlo: el dogma del pobrismo
El «pobrismo» es la ideología que glorifica la mediocridad, castiga la ambición y demoniza la excelencia. Esta mentalidad conformista prefiere la igualdad en la pobreza antes que la desigualdad fruto del esfuerzo. Como explica Diego Sánchez de la Cruz, «nos hemos encerrado en un tercermundismo mental del que solo saldremos si recuperamos el respeto por el éxito».
El camino a seguir
- Reducir la carga fiscal al trabajo.
 - Fomentar una cultura pro-emprendimiento.
 - Eliminar barreras regulatorias a la inversión.
 - Educar para admirar el esfuerzo y la meritocracia.
 
España no necesita más reparto de riqueza, necesita más creación de riqueza.



