Un grupo de jóvenes, arropados por manifestantes pro-Gaza, protagonizó un bochornoso acto de desprecio a la bandera de España en plena calle. La Policía Nacional presenció los hechos sin detener a nadie. Marlaska guarda silencio.

Una escena vergonzosa: “¡Esta bandera no me representa!”
La manifestación pro-Gaza celebrada este sábado en Madrid terminó con un acto que ha generado indignación nacional: jóvenes manifestantes pisotearon, arrastraron y zarandearon la bandera de España en presencia de agentes de la Policía Nacional, que no intervinieron para detener ni identificar a los autores.
Los hechos ocurrieron en la fase final de la marcha, cuando un grupo de jóvenes intentó romper la bandera nacional, la arrojó al suelo y la pisoteó, al grito de “¡Esta bandera no me representa!”, mientras el resto de concentrados formaba un círculo a su alrededor y no censuraban su comportamiento.
¿Dónde está Marlaska? La pasividad policial reaviva la polémica
Las imágenes, captadas por reporteras de OKDIARIO, muestran a los policías acercándose con parsimonia tras el ultraje, sin realizar detenciones ni identificaciones. La actuación de los agentes sigue las instrucciones del Ministerio del Interior, dirigido por el socialista Fernando Grande-Marlaska, y de la Delegación del Gobierno en Madrid.
Este nuevo episodio de inacción institucional deja en evidencia la falta de contundencia frente al desprecio a los símbolos nacionales, amparado bajo la justificación ambigua de la libertad de expresión.
Código Penal: el ultraje a la bandera es delito
El artículo 543 del Código Penal español es claro:
“Las ofensas o ultrajes de palabra, por escrito o de hecho a España, a sus Comunidades Autónomas o a sus símbolos o emblemas, efectuados con publicidad, se castigarán con la pena de multa de siete a doce meses”.
Sin embargo, la jurisprudencia actual ha ido suavizando su aplicación en nombre de la libertad de expresión, dejando un vacío legal y moral ante actos que socavan la unidad nacional y la dignidad de los símbolos del Estado.
Una manifestación que degeneró en ataque ideológico
Lejos de limitarse al conflicto en Oriente Medio, la manifestación pro-Gaza derivó en un mitin político radicalizado contra representantes del Partido Popular. Se escucharon gritos contra Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida, e incluso se desplegó una pancarta en la que se caricaturizaba a Ayuso con un fotomontaje grotesco de una calavera bajo el lema: “Israel Díaz Ayuso”.
Uno de los portadores de la pancarta iba con el rostro cubierto, emulando la estética de grupos radicales.
¿Libertad de expresión o impunidad simbólica?
Lo ocurrido en Madrid este sábado reabre un debate urgente:
¿Hasta qué punto puede permitirse el ultraje a los símbolos nacionales en nombre de la protesta?
¿Se está banalizando el ataque a la identidad de España con la complicidad del poder político?
La tibia respuesta institucional y la falta de consecuencias jurídicas demuestran que la bandera de España puede ser pisoteada en plena calle… mientras el Estado mira hacia otro lado.