El presidente colombiano Gustavo Petro vuelve a atacar la herencia hispánica: en el 500 aniversario de Santa Marta, acusa a España de “genocidio” y compara la conquista con el conflicto en Gaza.
Durante la conmemoración de los 500 años de la fundación de Santa Marta, la primera ciudad española en el actual territorio de Colombia, el presidente colombiano Gustavo Petro protagonizó un nuevo exabrupto ideológico: acusó a España de genocidio, tachó la conquista de masacre y repitió el discurso de la «leyenda negra» con tono populista y antioccidental.
En un acto celebrado en la histórica Quinta de San Pedro Alejandrino, donde falleció Simón Bolívar en 1830, Petro aprovechó la efeméride para lanzar un discurso incendiario cargado de revisionismo y confrontación.
“No fundaron civilizaciones, iniciaron masacres”
Petro arremetió contra figuras clave de la historia hispanoamericana como Rodrigo de Bastidas —fundador de Santa Marta— y Gonzalo Jiménez de Quesada, fundador de Bogotá:
“No fundaron civilizaciones, iniciaron masacres. No debemos celebrar a quienes trajeron la sangre”.
También afirmó que el proceso de conquista solo fue posible a través del “genocidio de millones de personas”, una cifra sin contexto ni respaldo histórico, mezclando además este relato con conflictos contemporáneos como la guerra de Gaza o el hambre en África.
Petro reescribe la historia y equipara a España con Hamás e Israel
El mandatario colombiano fue más allá al conectar los hechos de hace 500 años con los conflictos actuales:
“Así como no podemos celebrar un genocidio hoy en Gaza o en Colombia, tampoco podemos celebrar el de hace cinco siglos”.
Con esta declaración, Petro equipara la acción civilizadora de España en América con bombardeos y guerras actuales, estableciendo una narrativa ideológica que demoniza sistemáticamente la influencia europea.
España guarda silencio: ¿hasta cuándo?
Hasta el momento, ninguna autoridad española ha respondido oficialmente a las graves acusaciones vertidas por Petro. Ni Pedro Sánchez ni el Ministerio de Exteriores han emitido un comunicado de rechazo, lo cual refleja la cobardía diplomática de un Gobierno que calla ante el insulto a nuestra historia y a los españoles.
¿Revisión histórica o propaganda antioccidental?
Los historiadores serios coinciden en que, como todo proceso histórico, la conquista de América tuvo luces y sombras. Pero negar la civilización, la lengua, el mestizaje, el derecho, las universidades y las infraestructuras heredadas de España en América es caer en la manipulación ideológica más burda.
Petro, lejos de un análisis histórico riguroso, utiliza el pasado como arma de propaganda, sembrando odio, desinformación y reavivando el resentimiento indígenista al servicio de su agenda socialista.
Reflexión final
La izquierda latinoamericana, con Petro a la cabeza, recurre al insulto y al victimismo histórico para ocultar su ineficacia en el presente. Mientras Colombia sufre una oleada de violencia, pobreza y narcotráfico, su presidente dedica esfuerzos a insultar a España y reescribir la historia.



