La compañía de Sam Altman rompe cinco años de hermetismo y libera dos modelos “abiertos” —GPT-OSS-120B y GPT-OSS-20B— para reconquistar a los desarrolladores, congraciarse con la Administración Trump y plantar cara al empuje de los laboratorios de IA de Pekín.
Los nuevos modelos, con licencia Apache 2.0, prometen rendimiento élite en una sola GPU y hasta en portátiles domésticos. Sin embargo, OpenAI se guarda los datos de entrenamiento y reconoce tasas de alucinaciones récord, levantando dudas sobre la verdadera “apertura” de la iniciativa.
Dos tamaños, un mismo objetivo: recuperar terreno en el código abierto
Modelo | Parámetros | Hardware mínimo | Punto fuerte |
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GPT-OSS-120B | 117 000 M | 1 GPU Nvidia A100/H100 | Supera a la mayoría de modelos chinos en pruebas de codificación |
GPT-OSS-20B | 20 000 M | Portátil con 16 GB RAM | Ideal para aplicaciones edge y prototipos rápidos |
Ambos utilizan arquitectura Mixture-of-Experts para activar solo 5 100 M de parámetros por token, abaratando la inferencia sin perder potencia de razonamiento.
Luces y sombras de un “open-source” a medias
- Código y pesos: descargables y monetizables sin royalties.
- Datos de entrenamiento: clasificados; persiste la opacidad.
- Modalidad: texto puro; nada de imagen ni audio.
- Seguridad: la propia OpenAI admite que puede facilitar ciberataques y mejorar ligeramente la capacidad biológica de actores maliciosos.
Contexto geopolítico: presión de Trump y carrera con China
En Washington crece la exigencia de una IA abierta con valores occidentales para contrarrestar a DeepSeek, Qwen (Alibaba) y Moonshot AI. El giro de Altman se alinea con esa estrategia: “Queremos una pila de IA abierta construida en Estados Unidos y basada en valores democráticos”.
Rendimiento… y alucinaciones
- En pruebas de codificación competitiva, los nuevos GPT-OSS se sitúan por encima de los principales modelos chinos y solo quedan detrás de los modelos cerrados o3 y o4-mini de OpenAI.
- Pero la tasa de alucinaciones sube al 49 %–53 %, más del triple que la generación anterior, ampliando el riesgo de desinformación.
¿Verdadera democratización o maniobra de marketing?
OpenAI abre la puerta a la comunidad, sí, pero mantiene el control del know-how clave y del negocio de su API premium. El gesto llega justo cuando Meta se estanca con Llama y los gigantes asiáticos copan Hugging Face. El mensaje es claro: Estados Unidos no cederá el liderazgo de la IA al bloque chino.
Reflexión final: ¿Es GPT-OSS el inicio de una IA realmente abierta —o solo un barniz para mantener la hegemonía y contener a la competencia oriental? El tiempo (y la comunidad de desarrolladores) dictará sentencia.