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La revolución del formato: cómo funcionará el Mundial con 48 equipos

FIFA ha rediseñado la arquitectura del torneo más importante del planeta. A partir de 2026, la Copa del Mundo se disputará con 48 selecciones, un cambio que no solo amplía el mapa geopolítico del fútbol, sino que altera la naturaleza misma de la competición.

cómo funcionará el Mundial con 48 equipos

Una transformación estructural

Desde 1998, el Mundial se había mantenido con 32 equipos distribuidos en ocho grupos de cuatro, con los dos primeros avanzando a octavos. Era un modelo estable, equilibrado y con margen limitado para el error. La FIFA, sin embargo, ha decidido ampliar el torneo a 48 participantes a partir de Estados Unidos, México y Canadá 2026.

El nuevo formato propone 12 grupos de 4 selecciones, clasificando los dos primeros de cada grupo más los 8 mejores terceros. Esto da lugar a una nueva ronda de dieciseisavos de final, con 32 equipos en fase eliminatoria. En total, el torneo pasará de 64 a 104 partidos, convirtiéndose en el Mundial más extenso de la historia.

Más equipos, más partidos, ¿más calidad?

La lógica de la FIFA es clara: globalización, inclusión y negocio. África y Asia, por ejemplo, duplicarán prácticamente su representación. Pero esta expansión plantea un dilema técnico: ¿se diluye el nivel competitivo?

En torneos anteriores, el modelo de 32 equipos aseguraba que casi todas las selecciones contaban con argumentos futbolísticos para competir. Con 48, la brecha entre potencias y debutantes podría ampliarse, al menos en fase de grupos.

Sin embargo, esta expansión también puede fomentar un efecto positivo: nuevas selecciones con exposición internacional, desarrollo federativo acelerado y crecimiento de jugadores emergentes en contextos de máxima exigencia.

El impacto táctico del nuevo modelo

Desde el punto de vista del juego, el formato introduce un matiz clave: más margen de error en fase de grupos, pero más rondas de eliminación directa. Esto puede producir dos efectos contrapuestos:

  • En la primera fase, algunas selecciones podrían adoptar esquemas más conservadores, sabiendo que tres empates podrían incluso bastar para avanzar como uno de los mejores terceros.
  • En la ronda de 32, la eliminación directa precoz reducirá el tiempo de rodaje y análisis para los entrenadores: un error en el primer cruce directo puede dejar fuera a una favorita que no haya alcanzado su pico competitivo.

Tácticamente, los cuerpos técnicos deberán preparar dos torneos en uno: una fase de grupos de resistencia y rotación, seguida de un sprint de cinco partidos a eliminación directa.

Riesgos de congestión y fatiga

Un Mundial con 104 partidos genera preocupaciones reales sobre la carga física y mental de los futbolistas. El calendario ya está al límite con ligas, copas, Champions y torneos continentales. Con más partidos, el riesgo de lesiones se incrementa, y la gestión de plantillas será aún más decisiva.

La FIFA ha prometido descansos adicionales y mejores condiciones logísticas, pero la realidad es que el fútbol de selecciones se mueve cada vez más dentro de un calendario saturado por el fútbol de clubes.

La dimensión política y económica

No se puede entender esta ampliación sin el contexto geopolítico. La FIFA busca profundizar su presencia en regiones emergentes, donde el fútbol aún tiene espacio de expansión. Un Mundial con más cupos permite que países sin tradición mundialista accedan por primera vez, generando impacto interno e internacional.

Además, la lógica comercial es evidente: más partidos significan más derechos televisivos, más entradas vendidas y mayor presencia digital. El Mundial, como producto, se amplía. El reto será que el contenido no pierda valor frente a la cantidad.


Conclusión: un nuevo Mundial para un nuevo fútbol

El Mundial con 48 equipos será un torneo distinto en todos los sentidos: más largo, más diverso, más global, y también más impredecible. Para los entrenadores, supondrá una exigencia táctica inédita. Para los jugadores, una prueba de resistencia. Para los aficionados, un cambio de paradigma.

Queda por ver si este nuevo formato sabrá preservar la intensidad, la narrativa y el equilibrio competitivo que han hecho del Mundial el torneo más relevante del planeta. La revolución está en marcha. El fútbol, una vez más, deberá adaptarse.

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