La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha confirmado este viernes que España no aumentará el gasto en Defensa más allá del 2% del PIB, a pesar de que la OTAN exige a sus miembros alcanzar el 5% en 2035.
La dirigente socialista justificó la decisión en la necesidad de “proteger el estado del bienestar” y descartó cualquier incremento adicional, aunque el propio Pedro Sánchez firmó la declaración de la Alianza Atlántica en la que los Estados miembros se comprometían a elevar progresivamente sus presupuestos militares.

Sánchez firmó, Montero se desmarca
La ministra de Hacienda insistió en que el Ejecutivo ya cumplió con lo prometido al lograr que España alcanzara el 2% este año, un objetivo que la OTAN ha constatado como válido.
“Ese es nuestro compromiso, y es el que vamos a mantener también para el año 2026”, afirmó Montero, subrayando que “aumentar la cifra impactaría en recortes del estado del bienestar, algo que este Gobierno nunca hará”.
Sin embargo, la contradicción es evidente: Sánchez avaló en la última cumbre de la OTAN el documento en el que los países aliados acordaban destinar el 5% del PIB en defensa y seguridad básica antes de 2035.
España, a la cola de la OTAN
El discurso de Montero ha vuelto a encender el debate sobre el papel de España dentro de la Alianza Atlántica. Mientras países como Polonia, Reino Unido o EE.UU. superan ampliamente el 2% exigido, el Gobierno socialista se limita al mínimo, argumentando que “las misiones de paz” y el gasto actual son suficientes.
Expertos en seguridad advierten que esta postura puede dejar a España aislada dentro de la OTAN y que la negativa de Montero podría ser interpretada como un incumplimiento encubierto de los compromisos internacionales asumidos por Sánchez.
Prioridad: el bienestar social, según el Gobierno
Montero recalcó que “primero están los servicios que se prestan a los ciudadanos”, en referencia a sanidad, educación y pensiones. No obstante, desde la oposición se critica que el Ejecutivo esté utilizando el estado de bienestar como excusa para justificar su falta de compromiso con la defensa nacional y con sus aliados.



