El Gobierno de Pedro Sánchez admite públicamente que su promesa de presentar Presupuestos ha perdido credibilidad tras dos ejercicios de incumplimientos. Ahora, asegura que en 2025 «va en serio».
Moncloa reconoce su fracaso en materia presupuestaria
Tras dos años consecutivos amagando con presentar los Presupuestos Generales del Estado y no cumplir, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha tenido que reconocer lo que ya era evidente: la Moncloa sufre un grave problema de credibilidad. En el tradicional balance de fin de curso realizado este lunes, Sánchez prometió que 2025 marcará un punto de inflexión.
La realidad es contundente: no se han presentado las cuentas de 2024 ni las de 2025, dejando al país con unos Presupuestos prorrogados desde 2023. Pese a los anuncios reiterados de que «se estaba trabajando en ello», la excusa oficial siempre fue la falta de apoyos parlamentarios o el calendario institucional.
Una promesa repetida que ya no convence
En el mejor de los casos, el Gobierno sólo logró llevar al Congreso el techo de gasto para 2025, que ni siquiera fue aprobado. Ahora, tras años de anuncios incumplidos, desde Moncloa aseguran que esta vez «no es un globo sonda» y que la promesa es un «compromiso firme del presidente».
La vicepresidenta María Jesús Montero afirmó en TVE que «presentar los Presupuestos es presentar los Presupuestos», aunque sin aclarar si eso implica su tramitación real en el Congreso o simplemente su aprobación en el Consejo de Ministros.
Desde el propio Ejecutivo admiten que el descrédito es evidente, pero insisten en que esta vez «va en serio». La terminología, según Moncloa, es clave para transmitir que no es una simple intención, sino una obligación pública.
Tensiones con los socios y un escenario incierto
El escenario parlamentario sigue siendo altamente inestable. El Gobierno tiene previsto presentar en septiembre el techo de gasto, paso imprescindible para iniciar la elaboración del proyecto presupuestario. Sin embargo, la aprobación posterior depende de una negociación con los socios que está lejos de estar garantizada.
Las posturas de Junts, Podemos y otros aliados parlamentarios se han endurecido tras el caso Cerdán, complicando aún más la posibilidad de evitar una derrota en la votación de las enmiendas a la totalidad.
Hacienda ya había condicionado en ocasiones anteriores la presentación del Presupuesto a la garantía de superar esa primera votación. Sin embargo, la falta de mayorías ha forzado la prórroga de las cuentas actuales.
La Moncloa, atrapada en su propia narrativa
El viraje discursivo del Gobierno también evidencia el desgaste de su estrategia. Si hace un año, la portavoz Pilar Alegría hablaba de «voluntad de presentar los Presupuestos», ahora desde la Moncloa se desliza que «no hacemos promesas ad eternum». Una forma de reconocer la pérdida total de confianza de la ciudadanía en sus compromisos presupuestarios.
Mientras tanto, el Congreso sigue sin conocer el plan presupuestario real del Ejecutivo, en una situación que incluso desde la oposición se denuncia como opaca: «Va a acabar teniendo más información el presidente chino que las Cortes Generales», ironizaban fuentes parlamentarias.