Tras una filtración de ProPublica, Microsoft reconoce que sus equipos técnicos en China accedían a sistemas sensibles del Departamento de Defensa. El Pentágono reacciona tarde y exige cambios.
Ciberseguridad comprometida por el globalismo digital
El gigante tecnológico **Microsoft ha admitido públicamente que ingenieros radicados en China estaban involucrados en el mantenimiento de los sistemas en la nube del Departamento de Defensa de Estados Unidos. Esta revelación, sacada a la luz por un informe de ProPublica, ha generado un terremoto político en Washington y cuestiona la solidez de los protocolos de seguridad nacional en plena guerra geopolítica contra el régimen de Pekín.
Aunque la compañía asegura que estos empleados estaban supervisados por “escoltas digitales” —técnicos estadounidenses con permisos de seguridad—, el mismo informe revela que muchos de ellos no tenían la cualificación técnica suficiente para fiscalizar lo que realmente hacían los ingenieros chinos.
El Pentágono, expuesto
La respuesta institucional no se ha hecho esperar. El nuevo secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, fue tajante en su declaración en redes:
“A los ingenieros extranjeros, de cualquier país, incluida, por supuesto, China, NUNCA se les debería permitir mantener o acceder a los sistemas del Departamento de Defensa”.
Una reacción que llega después del escándalo, no antes. Una vez más, la seguridad nacional estadounidense ha sido sacrificada en nombre del outsourcing y los beneficios corporativos, sin importar los riesgos.
Microsoft intenta minimizar el daño
El portavoz de Microsoft, Frank X. Shaw, aseguró el viernes que se han tomado “medidas inmediatas” para garantizar que ningún ingeniero con sede en China siga prestando soporte técnico a la nube gubernamental ni a los servicios relacionados del Pentágono.
Pero el daño ya está hecho: ¿cuántos datos fueron expuestos? ¿Cuántas puertas traseras pudieron instalarse? ¿Qué información crítica pudo ser copiada o comprometida? La empresa no ha ofrecido respuestas claras.
Una amenaza sistemática desde China
Este nuevo caso evidencia cómo el modelo globalista de gestión tecnológica ha dejado grietas inaceptables en las estructuras de defensa de Occidente. Empresas como Microsoft, supuestamente asociadas a la seguridad nacional, siguen delegando en mano de obra extranjera tareas sensibles sin los filtros adecuados.
En un momento en que China incrementa su influencia digital y militar, y tras múltiples casos de espionaje tecnológico e industrial, permitir que ingenieros de Pekín accedieran —aunque fuera indirectamente— a sistemas del Pentágono, roza la negligencia estratégica.
¿Estamos ante un error puntual o ante una red de complicidades que socava la soberanía tecnológica de las democracias occidentales?



