El régimen de Nicolás Maduro vuelve a lanzar un mensaje desafiante ante lo que considera una nueva fase de “agresión imperial”. En plena escalada de tensiones con Estados Unidos, el mandatario venezolano ha declarado que, “hagan lo que hagan, no van a poder con Venezuela”, en alusión directa a las recientes acciones de Washington: la designación del Cártel de los Soles como organización terrorista extranjera y el despliegue militar estadounidense en el mar Caribe.
Maduro endurece el discurso: “Somos invencibles”
Durante su programa televisivo, Maduro afirmó que Venezuela enfrenta “amenazas, guerras psicológicas, políticas y diplomáticas”, y aseguró que la nación “es invencible” frente a los intentos externos de desestabilización. Sin embargo, evitó pronunciarse directamente sobre el Cártel de los Soles, una estructura criminal que, según múltiples informes internacionales, estaría integrada por altos cargos del chavismo vinculados al narcotráfico y las fuerzas armadas.
¿Qué ha hecho Estados Unidos?
La Administración estadounidense ha elevado su presión sobre Caracas en dos frentes simultáneos:
- Etiqueta al Cártel de los Soles como organización terrorista extranjera, lo que implica un endurecimiento de las sanciones, bloqueos de activos y potenciales acciones legales contra los miembros implicados.
- Refuerza su presencia militar en el Caribe, a escasos kilómetros del litoral venezolano, en lo que Caracas interpreta como una amenaza directa a su soberanía.
Esta ofensiva coincide con un contexto de mayor tensión en la región y con movimientos diplomáticos en torno al control del narcotráfico, la seguridad hemisférica y los flujos migratorios desde Venezuela.
Reacción del chavismo: victimismo y propaganda
Como es habitual, el Gobierno venezolano ha respondido desde el discurso del victimismo, acusando a Estados Unidos de fabricar acusaciones para justificar una intervención y de mantener una “guerra híbrida” contra la revolución bolivariana. En sus palabras, el “imperio” intenta derrocar a un gobierno legítimo con mentiras y presión militar, mientras el pueblo resiste heroicamente.
Maduro ha redoblado también su retórica nacionalista para movilizar a sus bases, presentando la situación como una nueva “guerra de independencia” frente a intereses extranjeros.
¿Qué puede venir ahora?
El clima es cada vez más tenso, y la posibilidad de un choque diplomático o militar ya no es descartable:
- Estados Unidos podría intensificar las sanciones económicas y aislar aún más al régimen.
- Caracas podría responder con maniobras militares, alianzas con potencias como Rusia o Irán, y nuevas oleadas de propaganda antiestadounidense.
- La población venezolana, mientras tanto, sigue atrapada en una crisis social, económica y humanitaria sin precedentes.
Conclusión editorial
El desafío de Maduro no es solo hacia Estados Unidos, sino hacia el mundo libre. Frente a la evidencia de una narcodictadura enquistada en el poder, la comunidad internacional debe decidir si permite que un régimen señalado por violaciones de derechos humanos, represión interna y vínculos con el crimen organizado siga burlándose del orden democrático global.
¿Hasta cuándo va a mirar hacia otro lado la comunidad internacional? ¿Estamos dispuestos a permitir que el chavismo utilice el nacionalismo como escudo frente a sus crímenes?
