Después de tres meses consecutivos de descensos, la inflación en España vuelve a repuntar, situándose en el 2,3% interanual en junio, una décima más de lo adelantado por el INE. ¿El motivo? El alza en los carburantes, el gas y la comida, justo cuando millones de familias se preparan para afrontar las vacaciones y la tradicional subida de precios veraniega.
¿Qué ha pasado exactamente?
La subida del petróleo en los mercados internacionales y el encarecimiento del gas han sido los principales responsables de este nuevo golpe al bolsillo. Los alimentos —especialmente carnes, pescados y mariscos— también han subido. Solo el aceite de oliva da un respiro, acumulando una caída del 48% desde su récord en abril de 2024.
Adiós a la bajada de precios: el IPC acumula nueve meses al alza en términos mensuales
Junio rompió la racha de tres bajadas consecutivas y ya van nueve meses seguidos de ascensos mensuales. El grupo de Vivienda subió un 1,2% en solo un mes, y el Transporte repuntó por el precio de los carburantes. Mientras tanto, el Ocio y la cultura también encarecen los planes familiares con la subida de los paquetes turísticos.
Subyacente, armonizado… ¿y la realidad?
La inflación subyacente se mantiene en el 2,2%, pero el Índice de Precios de Consumo Armonizado también se eleva al 2,3%. Y aunque el Gobierno se aferra a que “España sigue con estabilidad y ganancia de poder adquisitivo”, los datos en la calle muestran lo contrario: todo sigue subiendo, y la presión no afloja.
Las autonomías más afectadas
Siete comunidades autónomas ya superan el temido 2% marcado por el Banco Central Europeo como límite. Las Islas Baleares y el País Vasco lideran el ranking (2,8%), seguidas de cerca por otras regiones. Solo Murcia y Canarias se mantienen ligeramente por debajo
El Gobierno presume de estabilidad mientras las familias vuelven a sacar la calculadora para llegar a fin de mes. Suben los combustibles, sube la comida, suben los viajes… pero desde Moncloa se felicitan por la “moderación de precios”. La realidad es otra: el coste de la vida vuelve a apretar, y la inflación sigue siendo el impuesto invisible que castiga a los de siempre.
¿Hasta cuándo podremos seguir “celebrando” subidas de precios?



