El controvertido programa Kit Digital del Gobierno español cierra sus últimas líneas de ayudas con más de 880 000 subvenciones otorgadas a pymes y autónomos, alcanzando al 92 % de los municipios del país. Un balance que, pese a sus cifras, suscita dudas sobre la eficiencia real del gasto de fondos Next Generation EU y la importancia de la digitalización frente a problemas estructurales de la economía española.
Un balance monumental… pero ¿justificado?
El informe oficial publicado tras el cierre de las convocatorias en octubre afirma que el Kit Digital ha superado en un 127 % el objetivo inicial de ayudas, al pasar de las 676 000 previstas a más de 880 000 concedidas. El programa, gestionado por Red.es —entidad dependiente del Ministerio para la Transformación Digital— se lanzó en 2022 con un presupuesto total de 3 500 millones de euros financiados por la UE para “impulsar la digitalización” de negocios con menos de 50 empleados.
Aunque el Gobierno celebra este hito como una “historia de éxito”, analistas críticos señalan que el número de ayudas por sí solo no mide el impacto real en productividad ni en sostenibilidad empresarial. Más aún cuando buena parte se ha concentrado en sectores con baja rentabilidad histórica como construcción, transporte, agricultura o ganadería, donde la digitalización es solo una pieza del rompecabezas económico.
¿Digitalización real o simple asistencialismo?
Según el estudio de Red.es, el nivel medio de madurez digital entre empresas beneficiarias habría subido del 38 % al 51 % tras recibir ayudas, con incrementos de productividad “de hasta el 65 %”. Sin embargo, faltan datos independientes que confirmen si este salto es sostenible o si responde únicamente a inversiones puntuales en tecnología básica como páginas web o sistemas de facturación.
Además, el detalle de que más de 500 000 proyectos aún no están finalizados sugiere que una parte significativa de las ayudas podría haberse destinado a trámites burocráticos o inversiones superficiales, en lugar de transformaciones productivas profundas.
Cobertura territorial vs. impacto económico
Las cifras oficiales destacan que 7 500 municipios han recibido al menos una ayuda, lo que simboliza presencia en el 92 % del territorio nacional. A primera vista, esto podría interpretarse como una dispersión equilibrada de recursos.
No obstante, voces críticas advierten que llegar a un municipio no significa transformar su tejido productivo. Pueblos con una sola ayuda pueden continuar enfrentando desafíos como despoblación, déficit de infraestructuras o falta de capital humano cualificado, problemas estructurales que la digitalización por sí sola no resuelve.
Gestión “innovadora”… ¿pero a qué coste?
El Ministerio presume del modelo de tramitación “cero papeles”, con automatización administrativa que reduce el tiempo de gestión de horas a minutos. Más de 24 millones de verificaciones automáticas y alrededor del 45 % de solicitudes aprobadas sin revisión manual son presentadas como ejemplos de eficiencia.
Sin embargo, críticos señalan que la automatización facilita concesiones masivas sin evaluación rigurosa de impacto, lo que podría inflar cifras a costa de calidad y rendición de cuentas. La rapidez puede ser útil, pero sin controles estrictos se corre el riesgo de subvencionar proyectos ineficaces o incluso redundantes.
Comunicación masiva, resultados discutibles
La difusión del programa ha sido ejemplar: más de 360 ferias y eventos, presencia influyente en medios y una campaña con un valor publicitario equivalente a 121 millones de euros. En redes, el impacto supera las 1 700 publicaciones. Sin embargo, el ruido mediático no sustituye auditorías independientes que evalúen si los recursos han generado mejoras cuantificables en economía real.
Esto plantea una pregunta incómoda: ¿se ha priorizado el relato de éxito sobre el análisis crítico de resultados? ¿O el marketing ha suplido la falta de transformación económica tangible?
Un legado discutible
Con el cierre definitivo de sus convocatorias, Kit Digital deja un legado mixto: miles de negocios han recibido tecnología, millones de horas administrativas se han ahorrado y España exhibe cobertura territorial casi total.
Pero la gran pregunta persiste: ¿estas ayudas han generado un salto competitivo real para nuestras pymes y autónomos, o se convierten en otra línea de subvenciones que maquilla fallos estructurales del tejido productivo?
Mientras el Gobierno lanza el nuevo Portal Kit Digital 360º con cuadros de mando y estadísticas, expertos económicos llaman a evaluaciones independientes, transparencia total y mediciones de impacto a largo plazo, más allá de cifras proclives a titulares.
