El dictador norcoreano Kim Jong Un ha vuelto a lanzar una amenaza contra Estados Unidos y Corea del Sur, acusándolos de “provocar” y de “buscar la guerra” con las maniobras militares conjuntas iniciadas esta semana. Al mismo tiempo, insistió en la necesidad de que su régimen expanda su arsenal nuclear como respuesta “defensiva” a los ejercicios militares.
Escudo Libertad Uchi: maniobras en medio de la tensión
El operativo conjunto, bautizado como Escudo Libertad Uchi, tendrá una duración de 11 días y contempla la participación de 21 000 soldados, de los cuales 18 000 son surcoreanos. Además, se movilizarán 580 000 civiles durante cuatro días para simulacros de evacuación y respuesta a emergencias.
Aunque Washington y Seúl insisten en el carácter “defensivo” de estas maniobras, Pyongyang lo califica como una “provocación militar directa”.
Corea del Norte, entre la amenaza y la propaganda
No es la primera vez que Kim Jong Un reacciona con amenazas ante este tipo de ejercicios. Sin embargo, los analistas surcoreanos recuerdan que, más que un peligro real, estas declaraciones forman parte de la propaganda norcoreana para justificar el incremento de su armamento nuclear mientras el país se hunde en la pobreza y la represión.
Según la inteligencia surcoreana, Corea del Norte ya habría sufrido 4 700 bajas en la guerra de Ucrania, en la que ha apoyado a Rusia con material militar y tropas, incluidas 600 muertes confirmadas en combate.
Seúl busca rebajar la tensión
En contraste con la retórica belicista de Kim, el presidente surcoreano Lee Jae Myung ha optado por un discurso de acercamiento. Coincidiendo con el inicio de las maniobras, pidió a su gobierno retomar acuerdos con Pyongyang, en especial el firmado en 2018 para suspender algunas actividades militares en la frontera.
No obstante, la brecha entre los gestos diplomáticos de Seúl y la escalada verbal de Kim deja claro que la península sigue atrapada en una peligrosa guerra fría permanente.



