En una entrevista concedida a CNN Prime, el principal espacio de entrevistas de CNN en Español, conducido por Mónica Rincón, la candidata presidencial del Partido Comunista de Chile, Jeannette Jara, ha evitado calificar a Cuba como una dictadura, pese a admitir la falta de libertades y la existencia de un sistema de partido único en la isla.
Preguntada de forma directa si considera que Cuba es una dictadura, Jara fue clara: «No«. Aunque reconoció que en la isla hay “un solo partido” y que “no hay libertad de expresión”, insistió en que “Cuba tiene un sistema democrático distinto al nuestro” y defendió la tesis de que “cada pueblo definirá su propio gobierno”, centrando su crítica en el embargo económico estadounidense y no en la represión interna .
La abanderada comunista añadió que, si bien condena el autoritarismo en Venezuela —al que calificó expresamente como régimen autoritario—, cree que no pueden equipararse ambos casos. En su opinión, el principal problema de Cuba es el bloqueo económico, que según dijo, ha generado una crisis humanitaria (“muy compleja”) e impide ver la dimensión real de la situación en la isla.
Las afirmaciones de Jara han desatado críticas desde diversos sectores. Desde la derecha española y chilena, se denuncia una actitud de doble rasero deliberado: se condena con firmeza cualquier sistema autoritario de signo conservador, mientras se relativizan las dictaduras de corte comunista como Cuba. Ejemplo de ello fue su contraste con la definición categórica que ofreció sobre Venezuela.
Para partidos y medios conservadores, esta defensa implícita del régimen cubano evidencia una falta de compromiso real con los valores democráticos y pone en duda el respeto de Jara por la libertad política. Argumentan que centrar la atención en causas externas como el embargo es una forma de desviar la atención de las responsabilidades del régimen castrista en materia de derechos humanos.
Critican también la indiferencia de Jara hacia los presos políticos, la ausencia de elecciones libres y la represión de la disidencia, condiciones que, según analistas, configuran claramente un régimen dictatorial, independientemente de las circunstancias económicas. La postura de Jara, concluyen, lo único que logra es normalizar un modelo autoritario en el discurso público, contradiciendo el compromiso democrático que debería exigir una candidata presidencial.