El INE confirma una subida del IPC al 2,7 % en julio, empujada por el encarecimiento de la electricidad y los carburantes. El relato oficial habla de “efecto base”, pero los españoles vuelven a pagar la factura de un sistema que no protege ni al trabajador ni al ahorrador. Mientras el Gobierno presume de recuperación, la inflación golpea con fuerza regiones como Castellón y Baleares.
El coste de la energía vuelve a disparar la inflación
Julio de 2025 no ha traído alivio para los bolsillos de los españoles. El Índice de Precios de Consumo (IPC) se ha disparado cuatro décimas respecto al mes anterior, alcanzando un preocupante 2,7 % interanual, según ha confirmado este miércoles el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La causa principal: la electricidad, cuyo coste ha vuelto a subir tras un año 2024 inusualmente barato, creando un llamado “efecto base” que infla artificialmente las cifras. A esto se suma el encarecimiento de los carburantes, en plena temporada alta de movilidad.
¿Traducción para el ciudadano? Más cara la luz, más cara la gasolina, más cara la vida.
Vivienda y transporte: sectores clave, inflación imparable
Los datos son claros:
- El sector Vivienda marca una inflación del 6,7 %, casi el triple que la media nacional.
- El Transporte alcanza un 0,2 % interanual, con un aumento de un punto por el precio de los combustibles.
- La inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, sube levemente al 2,3 %.
Aunque el Gobierno intenta calmar a la opinión pública diciendo que la economía «es robusta», la realidad no cuadra con el relato institucional. Porque si los precios suben y los sueldos no acompañan, ¿de qué sirve presumir de estabilidad?
España desigual: las regiones más castigadas
Mientras algunos territorios logran mantener la inflación a raya, otros están completamente fuera de control:
- Castellón lidera el ranking negativo con un 3,6 %, nueve décimas por encima del promedio nacional.
- Le siguen Baleares (3,5 %), Extremadura y la Comunidad Valenciana, todas con niveles por encima del 3 %.
- Solo Murcia logra mantener una inflación relativamente baja, en torno al 2,0 %.
¿Dónde está la “cohesión territorial” que tanto proclama el Gobierno?
¿Qué dice el Gobierno? ¿Y qué siente el ciudadano?
Desde el Ministerio de Economía se insiste en que la evolución del IPC es “esperada” y que no hay motivos para alarmarse. Se apela a un supuesto “fortalecimiento del empleo” y una recuperación del poder adquisitivo “a medio plazo”.
Pero el ciudadano ve otra cosa:
- La cesta de la compra más cara.
- El recibo de la luz imposible de entender.
- La gasolina a precios casi históricos.
- Y un Gobierno ausente, más centrado en el relato que en las soluciones.
¿Hasta cuándo?
La gran pregunta es: hasta cuándo vamos a soportar esto.
Porque no se trata solo de un “dato macroeconómico”. Se trata de cómo una familia decide si enciende o no el aire acondicionado en plena ola de calor. Se trata de si llenar el depósito del coche para ir a trabajar significa recortar la comida del fin de semana. Se trata, en definitiva, de cuánto más puede apretar el sistema antes de que la gente diga basta.