El exvicepresidente y cofundador de Podemos vuelve a tensar la cuerda con el PSOE, asegurando que su formación sólo respaldará a los socialistas si demuestran una voluntad “decidida” de golpear al bloque conservador y a los jueces del sistema que, según Iglesias, estarían “motivados políticamente”.

Un ultimátum con condiciones
Durante una intervención pública, Iglesias dejó claro que el apoyo de Podemos al PSOE no es gratuito ni automático.
“El PSOE podrá contar con nuestro respaldo sólo si tiene agallas y adopta medidas para reventar a la derecha y sus activos políticos en estructuras del Estado.”
Así, sitúa su exigencia en tres dimensiones:
- Acción contundente contra la derecha política.
- Reformas estructurales que afecten a las “cúpulas del poder”.
- Cuestionamiento de lo que denomina “lawfare”, es decir, una justicia intervenida políticamente.
Contexto y análisis
- Iglesias lanza el mensaje en un momento en que la izquierda se encuentra dividida: el PSOE por un lado, y Podemos (Sumar) por otro.
- El mensaje revela la ambición de Podemos de influir o condicionar la agenda política del PSOE, más allá de una mera coalición.
- La mención a juzgados “motivados políticamente” introduce el concepto de justicia como herramienta política, lo cual genera una fuerte polémica técnica y ética.
¿Qué implica para el PSOE?
- Los socialistas reciben un aviso: o se afanan en la agenda de izquierdas al estilo Podemos, o se arriesgan a perder su respaldo crucial.
- Este tipo de exigencias puede desestabilizar al gobierno, sobre todo si genera tensión con otros socios o dentro del propio PSOE.
- La estrategia de Podemos parece orientada a posicionarse como vanguardia radical de la izquierda, forzando al PSOE a adoptar una vía más dura o perder apoyo.
Riesgos cara al electorado
Para alguno observadores, esta estrategia puede salir cara:
- El elector de izquierdas moderado podría sentirse incómodo ante un discurso que asume “líneas rojas” y combate frontal contra lo que se define como “la derecha”.
- Por otro lado, la estrategia puede movilizar la base más activa de Podemos, pero al coste de aislarse de otros sectores.
- El PSOE puede quedar atrapado entre dos fuegos: la exigencia de Podemos y la presión del centro político.
Este pulso evidencia que, más allá de los gestos de unión, entre el PSOE y Podemos existe una lucha simbólica por el liderazgo del espacio progresista, y no solo por llegar al gobierno. Iglesias lo deja claro: no basta con gobernar, hay que derrotar políticamente al adversario.