El paro del personal de tierra de Ryanair arranca en el momento de mayor tráfico aéreo del año y podría costar decenas de millones de euros a la economía española.
Un golpe en pleno corazón de la operación salida
Este viernes 15 de agosto, en plena operación salida del puente de agosto, comenzó la huelga del personal de tierra de Ryanair, operado por su filial Azul Handling. La protesta, convocada por UGT, afecta a todas las bases de la aerolínea en España, con impacto directo en más de 28 000 vuelos programados en aeropuertos gestionados por Aena.
Pese a que la compañía insiste en que sus operaciones no se verán interrumpidas, el paro coincide con uno de los picos de tráfico aéreo del año, lo que incrementa el riesgo de retrasos masivos y cancelaciones.
Motivos del conflicto
La huelga se origina por sanciones a trabajadores que rechazaron realizar horas extras no obligatorias, con castigos que alcanzan 36 días sin sueldo. Los empleados también reclaman mejoras salariales y el cumplimiento de acuerdos previos firmados con la empresa.
El conflicto está lejos de resolverse: las protestas están programadas hasta el 31 de diciembre de 2025, con paros parciales que afectarán principalmente la facturación de equipaje y el embarque de pasajeros.
Impacto económico y turístico
Con un volumen estimado de 5 a 7 millones de pasajeros afectados durante los meses de protesta, las pérdidas potenciales para la economía española podrían superar los 50 millones de euros solo en agosto.
Esto incluye:
- Costes para aerolíneas por compensaciones y reubicaciones de pasajeros.
- Pérdidas para el sector turístico por cancelaciones y cambios de planes.
- Impacto en hostelería y transporte en destinos clave como Madrid, Barcelona, Málaga y zonas costeras.
En el sector turístico, donde agosto representa hasta el 15% de la facturación anual, una huelga prolongada erosiona la imagen internacional de España como destino fiable.
Servicios mínimos que no convencen
El Ministerio de Transportes ha fijado servicios mínimos del 76% al 87% durante agosto. Sin embargo, expertos advierten que en momentos de saturación aeroportuaria esto podría ser insuficiente, generando colas interminables, retrasos y pérdida de conexiones internacionales.
Un reflejo de la gestión política
Este paro expone la ineficiencia del Gobierno para anticipar conflictos laborales estratégicos y la falta de presión a empresas que, pese a facturar miles de millones, siguen aplicando condiciones laborales precarias. La consecuencia: trabajadores sancionados, pasajeros frustrados y una economía que paga la factura.



