El Gobierno desprestigia al juez Peinado y oculta escándalos
Una maniobra para desviar la atención de la corrupción
Desde Moncloa, la estrategia del juez Peinado de enviar a juicio a Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, ha sido calificada como una «humillación pública». La noticia sobre la imputación por malversación y otros delitos ha sorprendido a muchos, ya que ocurre en un contexto de escándalos que salpican a la familia Sánchez.
Un juicio que coincide con momentos clave
Fuentes gubernamentales han apuntado a que «las coincidencias no existen», haciendo referencia a que esta noticia se produce mientras el presidente Pedro Sánchez se encuentra en un viaje oficial a la Asamblea General de la ONU. Esto, junto al juicio de su hermano David Sánchez, se percibe como una maniobra para desviar la atención de los problemas internos del PSOE.
Desprecio gubernamental hacia el poder judicial
La decisión del juez ha sido tildada de «despropósito» y «disparate». Desde el Ejecutivo, descalifican el proceso como «llamativo» y se cuestiona la citación de Gómez, afirmando que han saltado los procedimientos habituales, pues la instrucción no está cerrada. Una clara muestra del temor del Gobierno a perder el control ante la justicia.
Defensa a ultranza de la familia Sánchez
A pesar de la presión mediática, Sánchez se presentó en la ONU para defender la inocencia de su esposa y su hermano, dando un mensaje de que «el tiempo pondrá las cosas en su lugar». La defensa acérrima de su familia resalta la línea roja del Ejecutivo: la financiación irregular del PSOE. Esta situación plantea dudas sobre la independencia del poder judicial en España y cómo el Gobierno está dispuesto a intervenir para proteger su imagen.
