Después de casi dos semanas de lucha contra el fuego, Galicia vive un leve respiro en su batalla contra la ola de incendios forestales. Según el último parte de la Consellería de Medio Rural, la superficie afectada se mantiene en torno a las 68.000 hectáreas, sin que se hayan registrado nuevas pérdidas desde el inicio de la crisis.
La provincia de Ourense, la más castigada por los incendios, ha logrado extinguir un foco en las últimas horas. A día de hoy, permanecen siete incendios activos, uno menos que el martes, lo que abre una ventana de esperanza tras días de devastación.
Un escenario aún crítico
Aunque las cifras no han aumentado, la situación continúa siendo preocupante. Los equipos de extinción trabajan sin descanso para controlar los frentes aún activos, apoyados por medios aéreos y terrestres, mientras las altas temperaturas y el viento siguen siendo factores de riesgo.
La estabilización del número de hectáreas afectadas se interpreta como una señal positiva en un verano marcado por una de las peores crisis medioambientales que ha vivido Galicia en los últimos años.
Próximos pasos
Las autoridades autonómicas insisten en que la población mantenga la precaución y recuerdan que el nivel de alerta continúa vigente en varias zonas rurales. El objetivo ahora es consolidar la contención y avanzar hacia la extinción definitiva de los incendios.
