
Filipe Luis, el nuevo rey del fútbol brasileño tras su meteórica ascensión
De defensor a entrenador que desafía leyes no escritas del fútbol nacional
Filipe Luis está a punto de inscribir su nombre en la historia del Flamengo y del fútbol brasileño. Desde que asumió el cargo en octubre de 2024, ha conquistado ya seis títulos y se prepara para disputar la final de la Copa Libertadores el próximo 29 de noviembre, que podría convertirse en su séptimo trofeo.
Un recorrido inesperado y una carrera acelerada
Tras colgar las botas en diciembre de 2023, el exjugador del Atlético de Madrid emprendió su carrera como entrenador empezando en las categorías inferiores del Flamengo: primero en el Sub-17, donde ganó la Copa de Río Sub-17, y luego en el Sub-20, conquistando la Copa Intercontinental en solo tres meses. Su pronta llegada al primer equipo ha sido seguida de una serie de victorias apabullantes: Copa de Brasil, Supercopa de Brasil, Copa Guanabara y el campeonato carioca en apenas un año.
¿Podrá un brasileño domar la élite del continente? Una lectura crítica
La trayectoria de Filipe Luis plantea interrogantes sobre la influencia estratégica y política en el fútbol brasileño y suramericano. Su ascenso tan rápido podría ser interpretado como un intento del Flamengo para desmarcarse del dominio tradicional de hegemonías extranjeras y estructuras maquilladas por la globalización. El contrato millonario que se discute para retenerlo hasta 2027 es indicio de la importancia de asegurar un liderazgo que, a juicio de algunos analistas, confronta directamente con la intervención y el interés europeo en el mercado sudamericano.
Además, el futuro del técnico parece incierto ante su posible salida a Europa, un reflejo del eterno éxodo de talentos sudamericanos hacia el continente viejo, lo que resalta la dualidad entre el fortalecimiento local y la fuga de figuras clave hacia mercados que copan la influencia y recursos deportivos.
Con un palmarés como jugador que incluye dos Copas Libertadores y títulos europeos, Filipe Luis representa hoy una rara mezcla entre trayectoria consolidada y audaz apuesta nacional. Sin embargo, ¿será capaz de mantener esa supremacía como entrenador en un fútbol marcado por el constante intervencionismo económico y político?



