El régimen de Xi Jinping impone un 20% de arancel al porcino español como represalia por las tasas de la UE al coche eléctrico chino. El Gobierno de Sánchez, mudo ante la ruina de un sector clave.

España paga la factura del conflicto comercial entre Bruselas y Pekín
El sector porcino español, uno de los pilares de nuestra balanza comercial agroalimentaria, se enfrenta a una auténtica hecatombe: más de 220 millones de euros anuales en aranceles para poder exportar a China, el mayor mercado mundial de carne porcina.
La medida llega como represalia directa del régimen chino contra la Unión Europea, tras la imposición de tasas europeas al coche eléctrico chino. Pero quien paga los platos rotos no es Bruselas… es España.
China castiga al sector cárnico por decisiones ajenas
El Ministerio de Comercio de Pekín ha fijado un arancel del 20% al porcino español, en respuesta a las sanciones comerciales impulsadas por la Comisión Europea en 2024. Aunque el pretexto fue una investigación por “dumping”, en realidad se trata de un movimiento estratégico del régimen comunista para presionar a Europa, y España ha sido una de las principales víctimas.
Solo entre enero y junio de 2025, España exportó casi 280 000 toneladas de carne de cerdo a China, por un valor de 570,5 millones de euros, lo que representó un incremento del 13,9 % respecto al año anterior. Si se extrapolan estos datos al año completo, las exportaciones podrían rondar los 1 140 millones de euros. Con un arancel del 20 %, el coste superaría los 220 millones anuales.
El sector, indignado y abandonado
Desde la Asociación de Industrias de la Carne de España (Anice), la reacción es de máxima preocupación:
“Es un desenlace que no esperábamos y, sin duda, no son buenas noticias”.
Denuncian que se trata de un conflicto ajeno al sector porcino, derivado del pulso geopolítico entre la UE y China, y que la industria cárnica española está pagando una guerra comercial que no ha provocado.
Además, advierten de que la situación es aún más grave, ya que el mercado chino arrastra problemas de sobreproducción y caída del consumo interno, lo que empeora la competitividad de los productores españoles.
Sánchez: ni está ni se le espera
Mientras el régimen de Xi Jinping aprieta a nuestros ganaderos, el Gobierno de Pedro Sánchez guarda silencio absoluto. Ningún responsable del Ministerio de Agricultura, ni de Comercio, ni de Moncloa ha salido a defender a uno de los sectores más estratégicos del campo español.
Y todo, por una guerra comercial decidida en los despachos de Bruselas, donde se impusieron tasas al coche eléctrico chino sin tener en cuenta las represalias económicas que podían afectar a países como España, líderes en exportaciones de carne a Asia.
España, líder en exportación… y víctima del castigo
España ha logrado situarse en 2025 como primer exportador mundial de carne porcina a China, superando incluso a Estados Unidos. Pero este éxito se ve ahora seriamente amenazado por una medida que reduce márgenes, encarece precios y puede hacer caer la demanda.
China, además, ha sido selectiva: las compañías que colaboraron con la investigación del régimen tendrán tasas del 15,6% al 32,7%, mientras que España carga con el 20% uniforme, un castigo directo y político que evidencia el poder coercitivo del Partido Comunista Chino.
Una guerra comercial mal gestionada… que paga el campo español
Este nuevo frente en la guerra comercial entre la UE y China, que comenzó a escalar en 2024 con aranceles europeos de hasta el 35 % a los coches chinos, demuestra una vez más la fragilidad de la economía española ante las decisiones globales, y sobre todo, la ausencia total de liderazgo nacional para defender nuestros intereses.
¿Hasta cuándo pagará el campo español los errores de una élite europea desconectada del terreno?
¿Dónde está el “escudo social” del que presume Sánchez cuando las explotaciones ganaderas están al borde del colapso?



