La selección española Sub‑18 masculina logra un oro de leyenda en Belgrado tras una remontada épica y un triple final de Guillermo del Pino (82‑81) frente a Francia.
Una gesta inolvidable para el baloncesto español
España ha conquistado su sexto Eurobasket Sub‑18 masculino en una final de infarto ante Francia (82‑81) disputada en Belgrado. El protagonista indiscutible fue Guillermo del Pino, quien, con 23 puntos, culminó una remontada épica con un triple sobre la bocina que ya forma parte de la historia del baloncesto formativo español.
Con este triunfo, España suma su 15.ª medalla en la categoría Sub‑18 y reafirma su dominio en el baloncesto base europeo.
El milagro de los últimos segundos
El conjunto español comenzó el último cuarto 11 puntos abajo y llegó a estar 8 puntos por debajo a falta de 41 segundos, pero no se rindió. Un triple de Raúl Villar encendió la chispa. Luego, Del Pino se echó el equipo a la espalda y anotó 9 puntos en los últimos 27 segundos, incluyendo dos triples y varios tiros libres.
El último, un triple desde la esquina con 1.4 segundos por jugarse, desató la locura en el banquillo español y en la grada, sellando un parcial final de 11‑2 que le dio la vuelta al marcador.
Del Pino brilla, pero Platteeuw es el MVP
A pesar de la actuación estelar de Guillermo del Pino, el MVP del torneo fue para Ian Platteeuw, el pívot que brilló durante todo el campeonato con su consistencia y liderazgo. Junto a ellos, figuras como Raúl Villar, Guille García y Héctor Jiménez destacaron en una selección dirigida por Marco Justo, quien supo gestionar la presión con maestría.
Dominio europeo y proyección internacional
Con este oro, España se consolida como la segunda selección más laureada en esta categoría, solo por detrás de la extinta URSS.
Además, este campeonato pone en el radar internacional a una generación prometedora: Del Pino ha fichado por la Universidad de Maryland y Platteeuw también cruzará el Atlántico, en un movimiento que refleja el talento exportable del baloncesto español.
Italia completa el podio
En la lucha por el bronce, Italia venció con contundencia a Letonia (86‑68), completando un torneo que evidenció la altísima competitividad del baloncesto juvenil europeo.
Un título con corazón
Este oro no es solo un trofeo. Es el reflejo del esfuerzo colectivo, el carácter competitivo y la excelencia de una cantera que no deja de sorprender. La remontada final y el triple de Del Pino son un símbolo de la resiliencia y talento que define al baloncesto español.
