Escuela de sicarios: el rancho Izaguirre y la impunidad del CJNG
Un campo de horror ante la mirada indiferente de las autoridades
El rancho Izaguirre, ubicado a escasos 30 kilómetros de Guadalajara, se ha convertido en un símbolo de la brutalidad del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). A pesar de ser un terreno conocido por su actividad criminal, las autoridades decidieron que no había nada que investigar tras un operativo que dejó 10 sicarios detenidos y un cadáver recuperado. Este rancho, que fue utilizado como «escuelita de sicarios», ahora se encuentra en manos de los Guerreros Buscadores de Jalisco, quienes buscan a sus desaparecidos.
Un modus operandi escalofriante
El reclutamiento de jóvenes por parte del CJNG se realiza a través de falsas ofertas de trabajo publicitadas en redes sociales. Estos inocentes son transportados forzosamente a campamentos donde muchos desaparecen sin dejar rastro. Jorge Ramírez, sociólogo de la Universidad de Guadalajara, señala que este mecanismo de captación inició en 2018, y a pesar de los riesgos, muchos jóvenes caen en esta trampa.
La cruel realidad detrás de las desapariciones
Las cifras son abrumadoras: en Jalisco, se reportan 15 500 personas desaparecidas a octubre pasado. Las familias, cansadas de esperar ayuda del gobierno, toman la iniciativa de buscar las fosas clandestinas. Maribel Cedeño, una madre buscadora, confiesa que a pesar de que desean encontrar a sus seres queridos con vida, ya están mentalizadas a hallarlos sin vida, en fosas.
El silencio complice de las autoridades
Las pruebas de lo que sucede en el rancho son alarmantes, sin embargo, la Fiscalía de Jalisco y la Guardia Nacional han mostrado una alarmante falta de acción. La vicefiscal Blanca Jacqueline Trujillo Cuevas admite la existencia de indicios balísticos, pero no han confirmado si el rancho se utilizaba como crematorio. Mientras tanto, tiempo y oportunidades se pierden en un estado que se ha vuelto un cementerio.
