
El sufrimiento de ser madre en Gaza: «Perdóname hijos, si algo les pasa»
Una cruda realidad en medio de la guerra
Dina Al Ashi, una madre de 28 años y periodista gazatí, vivió el inicio de la masacre en Gaza mientras estaba embarazada de seis meses. Desde la iniciativa militar de Israel tras los ataques de Hamás el 7 de octubre de 2023, el silencio ha sido reemplazado por el sonido de las bombas. Dina recuerda cómo su barrio, Tel Al-Hawa, fue atacado de forma brutal: «Fuimos blanco directo de los bombardeos».
El dilema de la maternidad durante la guerra
En un refugio improvisado y desplazada hacia el sur, Dina enfrenta una difícil decisión: proteger a sus dos hijos y al bebé que lleva en su vientre. «Los primeros meses de esta maldita guerra fueron mis últimos tres meses de embarazo». Ha sido condenada a luchar contra enemigos implacables: la muerte y la escasez de alimentos.
Hambruna y vulnerabilidad
La guerra ha llevado a un aumento drástico en abortos y complicaciones en los partos. Según datos de Médicos Sin Fronteras, la planificación familiar es inexistente y la mayoría de las embarazadas no desean continuar con sus gestaciones. La falta de anestesia durante el parto y el miedo por la salud de los recién nacidos es desgarrador: «No concebía parir sin mi madre y tenía mucho miedo».
El hambre como constante
Dina y muchas otras madres en Gaza sufren la impotencia de evitar el hambre que acecha a sus hijos. A menudo, enfrentan la cruel decisión de a quién alimentar: «Cuando logramos comer, los niños aplaudían de felicidad»; describiendo cómo un simple día de comida puede ser motivo de celebración. Pero la realidad muestra que más de 640 000 personas están al borde de la inanición.
Mirando hacia el futuro
Las consecuencias de esta guerra no solo afectan a la salud física, sino que impactan psicológicamente a los niños. Mucho más que una crisis humanitaria, es una devastación sistemática de la infancia. «Mis hijos solo quieren salir de este país, lejos de la destrucción y el miedo», comparte Dina, reflejando el deseo de escapar de un horror sin fin.