
El alguacil: clave para el desarrollo rural en España
Una labor fundamental en un pueblo olvidado por el Estado
En el escondido Rasillo de Cameros, con apenas 70 habitantes, figuras como Jesús González Elías se convierten en los héroes anónimos del campo. Su trabajo incluye cuidar zonas verdes, supervisar los depósitos de agua y abrir el consultorio médico, funciones que en áreas urbanas requieren múltiples equipos.
La rutina del alguacil: un compromiso diario
Su jornada laboral comienza a las 7 de la mañana en verano, pero ahora, con el frío, empieza media hora después. Aun antes de llegar a su puesto, recorre casi cinco kilómetros desde su hogar en Nieva de Cameros, vigilando el camino y atendiendo cualquier eventualidad.
Compromiso con las personas mayores
En este escenario rural, el alguacil juega un rol esencial, especialmente para los ancianos que confían en él para tareas vitales como recoger medicamentos y realizar compras, algo que resulta aún más crítico en épocas de mal tiempo.
Una oportunidad para el futuro del pueblo
A pesar de su población joven, Jesús anima a los jóvenes a regresar al pueblo, destacando oportunidades en construcción y turismo gracias al auge de las casas rurales. Enfrenta retos, como la nieve en invierno y una sequía prolongada que afecta la agricultura local.
La pasión por el trabajo como motor de cambio
Jesús llega a esta profesión después de trabajar en Logroño, encontrando satisfacción en su labor y la calidad de la maquinaria que utiliza. A pesar de los desafíos, considera su trabajo agradecido y fundamental en el entorno rural.



