El Gobierno de Donald Trump tacha de “profundamente preocupantes” las restricciones de Pedro Sánchez contra Israel y advierte que estas medidas “envalentonan a los terroristas” en plena escalada de violencia en Jerusalén.

Washington responde con dureza
El Departamento de Estado de EE.UU. criticó duramente este miércoles las medidas anunciadas por el Gobierno español contra Israel, calificándolas de “profundamente preocupantes”.
“Es preocupante que España, miembro de la OTAN, haya optado por limitar operaciones estadounidenses y dar la espalda a Israel el mismo día en que seis personas fueron asesinadas en Jerusalén. Estas medidas envalentonan a los terroristas”, declaró un portavoz.
Las medidas de Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, consolidó esta semana un embargo total de armas a Israel, prohibiendo el comercio de munición, el atraque de barcos y el aterrizaje de aviones militares relacionados con operaciones en el país hebreo.
Además, Moncloa anunció:
- 10 millones de euros adicionales para la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos.
- Incrementar la ayuda humanitaria hasta 150 millones en 2026.
- Medidas económicas orientadas a presionar al Ejecutivo de Benjamín Netanyahu, acusado por Sánchez de llevar a cabo un “genocidio en Gaza”.
La condena al atentado de Jerusalén
Las declaraciones de Sánchez llegaron el mismo día en que un atentado terrorista en Jerusalén —atribuido a militantes palestinos— dejó seis muertos, entre ellos un ciudadano español.
Aunque Sánchez expresó su “enérgica condena” al ataque y aseguró que “la violencia no es el camino”, desde Washington acusan al Gobierno español de mandar mensajes contradictorios que debilitan a Israel y fortalecen a Hamás.
Una brecha peligrosa en Occidente
Las palabras de Trump y de su administración reflejan la creciente brecha entre Estados Unidos y España en política internacional. Mientras Washington refuerza su alianza con Israel, el Ejecutivo de Sánchez apuesta por medidas que, lejos de lograr un alto al fuego, podrían aumentar la tensión en Oriente Medio y dejar a España aislada dentro de la OTAN.
El enfrentamiento diplomático evidencia la fragilidad del discurso de Sánchez: por un lado condena el terrorismo en Jerusalén, y por otro bloquea a Israel y financia a Gaza, en una estrategia que para EE.UU. solo alimenta a los radicales.