Niños de 12, 13 y 14 años son secuestrados y forzados a combatir en los frentes armados de la guerrilla en Colombia. Los camuflan, les dan fusiles y los envían como carne de cañón. Facebook, TikTok e Instagram sirven de carnada para captar menores desesperados en zonas sin Estado ni futuro.
Terror infantil en Colombia: la guerrilla recluta menores ante la indiferencia internacional
En las montañas del Departamento del Cauca, al suroccidente de Colombia, los grupos armados siguen robando la infancia a cientos de niños y adolescentes. RTVE ha documentado casos desgarradores de menores reclutados, adoctrinados y armados por las guerrillas, para luego ser usados como escudos humanos en combates contra el Ejército.
Uno de ellos, Andrés, fue secuestrado con solo 14 años a la salida de su colegio. “Me subieron a un 4×4 con pistola en la cabeza. Yo lloraba. Me pusieron una bolsa en la cabeza. Solo me dijeron ‘móntese’”, relató desde un centro de protección de menores en Benposta.
Reclutamiento forzado: la verdadera cara del postconflicto
Desde la firma del tratado de paz en 2016, más de 1 000 casos de reclutamiento de menores han sido reportados por la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN). Pero sus líderes afirman que la cifra real podría ser mucho mayor.
En un país donde el Estado brilla por su ausencia, las guerrillas imponen su ley y operan abiertamente cerca de colegios. Usan las redes sociales para prometer dinero fácil, motos de lujo, armas, estatus y falsas promesas amorosas. Todo sirve para atraer a niños sin futuro, especialmente en comunidades indígenas Nasa, las más vulnerables al abandono estatal.
Niños armados, entrenados y enviados a morir
Una vez reclutados, los menores son trasladados a zonas de combate rurales, donde se les entrena y se les entrega armamento de guerra. Según denunció Anyi Zapata, lideresa de ACIN, los pequeños son usados como carne de cañón:
“Los camuflan, los arman, y los lanzan a la línea de fuego”.
El testimonio de Alexander, joven indígena de 17 años, lo confirma: perdió a su hermano en combate tras unirse a una guerrilla por necesidad económica.
“Aquí no hay oportunidades. Muchos ven en los grupos armados la única forma de ganar algo”, lamenta.
Facebook, TikTok, Instagram: las nuevas armas del reclutamiento
Las guerrillas han sofisticado su estrategia. Ahora usan redes sociales para contactar y manipular a menores. A través de mensajes directos, les prometen dinero, amor y pertenencia.
Francelly Mestizo, madre de dos adolescentes, relata cómo su hijo recibió un mensaje con imágenes de dinero y armas:
“Le ofrecían motos, pistolas, plata. Lo intentaron convencer para que se fuera con ellos”.
Y el reclutamiento no es solo masculino. A las niñas se las atrae con falsas promesas sentimentales:
“Les dicen ‘vámonos juntos’, les prometen una relación. Y cuando se enamoran, desaparecen”, denuncia María José Cuchillos, estudiante de 17 años.
Violencia sexual, tortura y fosas comunes
Una vez en manos de los grupos armados, las menores enfrentan abusos sexuales, físicos y psicológicos. Quedan aisladas, manipuladas y totalmente controladas. Cuando mueren, muchas veces sus cuerpos son abandonados en fosas comunes.
En los pocos casos donde los cadáveres regresan a casa, la condición es enterrarlos de noche y en silencio. “Tenemos madres enterrando a sus hijos a oscuras, solas, sin poder contar nada a nadie”, denuncia Anyi Zapata. A veces, la guerrilla paga una especie de “indemnización” de 400 euros por la muerte de los menores.
Colombia vive una tragedia silenciosa: la infancia está siendo destruida por organizaciones armadas que reclutan, adoctrinan y asesinan a menores ante la pasividad internacional. En zonas como el Cauca, donde el Estado brilla por su ausencia, la guerrilla es la ley, la escuela y el verdugo.
¿Hasta cuándo se permitirá que niños sean enviados a morir como soldados de un conflicto que no eligieron?